La madre Teresa no fue santa

La madre Teresa es un icono occidental en todos los miedos de información. Las voces que nos presentan su lado oscuro son ocultadas. Para contrastar os traduzco este artículo, crítico con la monja, de Krithika Varagur para el Huffington Post norteamericano:

"El 4 de septiembre de este año 2016 se convertirá en santa a la madre Teresa. No es sorprendente, fue beatificada en 2003, y la beatificación es la rampa de salida para la canonización. Es lo último que necesitábamos. Ella no fue una santa.

Canonizar a madre Teresa es un intento de tapar la herencia problemática que dejó atrás, que incluye conversiones forzadas, relaciones cuestionables con dictadores, una mala gestión, y también un tratamiento médico de muy mala calidad -las donaciones se gastan en los conventos y monjas más que en l@s pobres-. Lo peor de todo, ella encarna la figura clásica del blanco que ejerce su caridad en el tercer mundo - su imagen pública procede de su caridad-, y el trauma en la psique colectiva en la India poscolonial  y su diáspora.

En 2013, una investigación desacreditó el "mito de altruismo y generosidad" que rodea a la Madre Teresa, llegando a la conclusión de que su imagen santificada no corresponde a la realidad de los hechos, y surge de una vigorosa campaña mediática de la iglesia católica.

[la investigación fue realizada por Serge Larivée y Carole Sénéchal de la Universidad de Ottawa y Geneviève Chénard, Universidad de Montreal, ambas en Canadá. La universidad de Montreal ha retirado el estudio de su web y la de Ottawa sólo publica un resumen maquillado]

En el momento de su muerte la orden de María Teresa (las misioneras de la caridad) disponía de 517 misiones abiertas por todo el mundo en un centenar países, la investigación demostró que la mayoría de l@s que buscan asistencia médica en estas misiones no la reciben. Las condiciones de sus "sanatorios" no son higiénicas, incluso peligrosas, una nutrición inadecuada, analgésicos ausentes... no por falta de fondos, la orden de la Madre Teresa es famosa en todo el mundo, sino en el nombre de lo que los autores de la investigación definen como su "peculiar concepción del sufrimiento y la muerte."

"Es maravilloso ver a los pobres aceptar su suerte, soportándola como si se tratara de la pasión de Cristo. El mundo tiene mucho que ganar con su sufrimiento", declaró la María Teresa a un atónito Christopher Hitchens.

¿Qué tipo de lógica perversa subyace en este punto de vista? No sorprende teniendo en cuenta el marco en el que se llevó a cabo su trabajo, la respuesta está en el colonialismo racista. A pesar de haber nacido en Albania y que su orden está en cien países, la madre Teresa es un símbolo inseparable de India y Calcuta. Fue allí donde adquirió la imagen que el historiador Vijay Prakash define como "la mujer blanca colonial por excelencia, comprometida con la salvación de los negros de sus tentaciones y sus fracasos."

El salvador blanco que arroja algo de luz sobre los pobres de piel color ámbar. La Madre Teresa fue un mártir para el blanco de clase media que se siente culpable- no para los pobres de India o el hemisferio Sur -. Prakash, resalta que este sentimiento de culpa tapaba el plantearse "que la colonización producía y cultivaba la pobreza".

¿De verdad ayudaba? dudan l@s negr@s. Su persistente "motivo oculto" era convertir al cristianismo algunas de las personas más vulnerables del estado indio indica el líder de una ONG hindú. Incluso hay algún testimonio que ella y sus hermanas bautizaban a las personas a punto de morir.

El legado de la monja y su orden sería insignificante si no fuera por la implacable campaña de la iglesia para magnificarlo.

Una campaña que empezó en vida, el periodista británico anti-abortista Malcolm Muggeridge se lanzó a cuidar la imagen pública de la Madre Teresa con un documental hagiográfico en 1969 y un libro publicado en 1971. Así inició el movimiento para que en la opinión pública el "mito" tapara al personaje real.

Su beatificación póstuma se llevó a cabo con la rapidez de quien no quiere ser pillado. Juan Pablo II se saltó el período de cinco años para una beatificación  y lo comenzó sólo un año después de su muerte. Una mujer tan bien tratada debe ser intachable. Sin embargo, en el curso de su vida Madre Teresa visitó a déspotas notorios de la talla de Jean-Claude Duvalier de Haití (de quien aceptó la legión de honor en 1981) y el albanés Enver Hoxha.

Nada de esto es nuevo, ya salió en 2003, en el momento de su beatificación, con la polémica planteada por Christopher Hitchens, y el documental "Ángel del Infierno" de Tariq Ali (en inglés, subtítulos en inglés, en 3 partes):
No se trata de hablar mal de los muertos, pero la santificación inminente de la Madre Teresa puede provocar irritación para quien la imagen de la Madre Teresa es una reliquia de la supremacía blanca occidental. Su glorificación es a expensas de la psique colectiva de India. Mil trescientos millones de indi@s son inoculad@s con el concepto de que lo mejor es dejarse ayudar por occidente. A quienes se ha enseñado que una conversión forzada no es un gran problema. Que crecieron aprendiendo el vergonzoso hecho de que uno de los cinco premios "Indios" Nobel fue una mujer que deja morir enfermos. La pobreza no es hermosa, es tremenda. Madre Teresa asumirá el papel de santa para un blanco en su año sabático, pero nunca para un negro.

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