El último fin de semana me despido de Calcuta saliendo de ella. A media hora ya empiezas a ver el paisaje bengalí, ahora apagado por los calores del verano, que aquí es abril, mayo y junio hasta que rompe a llover a diario. Me acerco a Jharkali un pueblo cercano al parque natural Sundarbon (jungla bonita en bengalix), ecosistema único en el mundo por la desembocadura de los múltiples brazos del río Ganges, y la filtración de las aguas saladas del golfo de Bengala tierra adentro. Tierra de canales, manglares, tigres, cocodrilos y serpientes...
En este refugio anti ciclones van a comenzar enseguida un colegio y un dispensario médico, desde una ong valenciana, mundos unidos. Aunque ciclones no hay cada año, muchos hay inundaciones y las aguas cubren miles de kilómetros cuadrados con unos pocos metros de altura, arrasando con todo. En esta construcción, hecha hace 25 años por una ong francesa, se meten 2000 personas en caso de desastre natural. Pero el resto del tiempo hasta ahora no se usaba.
Casa tradicional de barro y paja de arroz y estanque de agua salada. Donde crecen pescados para autoconsumo y gambas para venta en Cal.
Cada mañana una red para pescar las proteínas del día.
Despedida bajo el porche. Pocos extranjeros se acercan a estos pueblos y las gentes lo agradecen con hospitalidad desbordante.
Cuando el estanque se seca se cogen los últimos peces.

Comentaris

De nuevo, gracias por mostrarnos una realidad tan distinta a lo que solemos ver por aquí.
ka ha dit…
no hay de que', es un placer