Me roban el pasaporte.

Bienvenidas a Bombay. A las 20.30 es tardecillo. Sólo 5 taxis A/C en el parking y uno sin aire, ninguno nos quiere llevar porque no vamos a Colaba, la zona guiri. Tenemos el taxi prepagado pero nadie se mueve por menos de 300 rupis. Al final es cuestión de dinero, pagamos el no A/C a precio de con aire, bajamos las ventanillas y avanti. Nos lleva un Starkijach con fino bigotillo y pelillos enredados en los botones. Sale del aeropuerto mirando inquieto a los lados. Luego a toda zapatilla, callado. Menos coches que en Calcuta, la gente se ve más segura, más espontánea.

Poco a poco va preguntando cosillas a ver que negocio puede sacarse. Se ve que la gente es más espabilada, con más personalidad. Más canalla en la calle. Nosotros parecemos unos catetos y paletillos bengalís a su lado. De fuera y sin hotel se ofrece a llevarnos a un hotel barato sin cobrarnos más, ji ji. Conoce sitios por 500 o menos por persona ¿Al mes? pregunta inocentemente un compañero. Estamos en la puerta del hospital, me esperaba un edificio plexiglás pero es más bien colonial. Empieza el chou, andamos marcha atrás o en contradirección con bajadas del coche a preguntar a tipos siniestros. Todo lleno, cada vez nos alejamos más del Tata Memorial Hospital. A las 9.30 todavía hay vida en la calle y gente comiendo en chiringuitos y restôs de varios pelajes.

Al final nos quedamos en taski carillo con una mujer delgada y profesional que me da buena espina. Primero nos dijo un precio desorbitado y dijo que al que no le guste que se vaya que al lado hay otro más barato. Unos locals que venían en otro taxi (compinche) se piran.

En el avión no nos han dado ni las buenas tardes y hay que cenar. Otra vez a buscar, bufu. "Pero ¿no tienes algo más barato?" pregunto. "¿Quieren una sin A/C?"... Um, parece que empezamos a entendernos. La muhé no se anda con tonterías. El taxista espera a un ladito. Y ¿este quién es? pregunta. "Pues si no viene con ustedes, que se pire. Ahora la monta, pensé. Pero no, obedece sin rechistar. Damos los datos y entre todo el barullo la recepcionista me había pedido el passport, by the way. Buenas noches, nos desea.

Pero en sus planes no estaba que enseguida bajásemos para buscar cena. Y estaba el taxiwallah con la flaca en plan colegones cambiando números y comisiones. Se les queda la cara de piedra, ¿Qué trapis se traerán? Salimos a cenar y traemos la cena para el compañero enfermo. Y ahí me doy cuenta que el passport no está por ningún lado.

Ya está, estos están compinchaus y conocen gente que les compra un pasaporte guiri a buen precio. Ahora lo niegan todo (si es que están) y empieza una pesadilla de noche en la comisaría etc (luego a Delhi a pillar un passsport provisional) en vez de ducha y a dormir. Pero es que necesito mucha energía para lo que he venido aquí, y estar fuerte y entera.

Bajo corriendo y la tipa no está. Un bigotón está escribiendo...

...todo está claro...

...mis datos del pasaporte pasados a la hoja de clientes...

y veo mi passport, respiro profundo pero la adrenalina continua.
"No se preocupe en el hotel su pasaporte está seguro".
"Maus, traiga pacá" Este tipo no sabe lo que se le puede pasar a un guiri por el pancho, con todas las historias que circulan. Y ahora recuerdo que en febrero leí Santaram, la historia de un australiano que se mete en la mafia del pasaporte en Bombay.

Comentaris