Edurne Pasabán reconstruyendo Nepal


Edurne es la primera mujer que escaló las 14 montañas más altas del planeta (8000 m. o más) antes que Oh Eun Sun, aquella coreana que mintió.   Conoce Nepal desde 1998 desde 2010 colabora con una fundación (Montañeros para el Himalaya) para trabajar con la infancia desfavorecida del país.  Hasta el 15 de mayo no pudo acercarse a Nepal y desde entonces no para de hacer cosas. Supongo que la espera se le hizo larga, desde españistán escribía una semana después del "big one":
La primera vez que pisé Nepal fue en el año 98, apenas era una adolescente que venía de un mundo occidental con una educación, y unos valores. Recuerdo aquel primer viaje como si fuera hoy mismo, recuerdo tantas cosas, recuerdo las manos de un niño que no llegaría a un año, unas manos pequeñas. El color de sus manos destacaba cuando las metía en un cuenco de arroz blanco para llevarse a la boca unos granos de arroz, aquella era su alimentación, nuestros niños a su edad todavía tomaban biberón y él ya era capaz de comer por si solo. Le miré, me miró y siguió comiendo como si nada. Ahora en aquel pequeño pueblo camino al Dhaulagiri mi pregunta es, dónde estará ese niño? ya adolescente, qué es lo que será de él y de su familia.
Mientras suena una de las canciones que más he escuchado estos años en las expediciones y me ha hecho llorar de alegría frente a las montañas que tanto quiero, ahora vuelvo a llorar, pero ahora esas lagrimas que corren por mi cara son de dolor y de angustia, por un pueblo que me ha hecho valorar la vida, y ha dado sentido a lo que soy y a mi vida.

Ayer hablaba con los niños de nuestra fundación en Katmandú, muchos de ellos no saben nada de sus familias, ya que viven en las montañas, miraba las fotos que me mandaban. Me daba cuenta de la inocencia de los niños, de la capacidad de adaptación que tienen, sus sonrisas siguen grabadas en su cara, no son sonrisas falsas, son sonrisas que esconden dolor, pero de otra manera esconden felicidad, la de estar vivos.

Rápidamente subió a Laprak , la aldea del Manaslu donde gestiona un internado de niñ@s. Allí viven unas 4.000 personas, el pueblo está destrozado, solo quedan los escombros, y la gente se ha desplazado unos 600 metros y viven en un acampado, tipo campo de refugiados que ellos mismos han montado, en condiciones precarias sin luz y con una única fuente de agua.
(foto banegas brothers exp)
Actualmente están construyendo casas y están pensando en reconstruir una escuela para los 650 niños del pueblo. En Laprak, han fallecido 26 personas, han tenido mucha suerte que el primer terremoto fue un sábado y estaban todos trabajando fuera de casa y que los niños no estavuieran en la escuela ya que ésta se derrumbo por completo.

Una semana después consiguen llegar material a la zona:
Mañana viernes esperamos poder mandar un avión cargo, alrededor de 1.500 kg de:
- Ropa de abrigo
- Tiendas de Campaña
- Sacos de dormir
- Zapatos para niños
El 22 de mayo conseguían abrir una escuela improvisada en tiendas:

Y Edurne explicaba así la actuación:

En esta misión, se han subido un total de 15 toneladas (y no 1,5 como dijo antes) a Laprak de las cuáles 8 toneladas han sido de arroz y lo demás mantas, toldos, cuadernos para la escuela, aceite y sal.
En total, hasta día de ayer, se han utilizado 490 portadores y hoy para bajar a Kathmandú han trabajado otros 50.
De momento, se les ha pagado alrededor de 4,200€ a los portadores y otros 1.100€ a los que han ayudado a coordinar el tema.
Desde el día de hoy, empiezan a trabajar con nosotros 4 Nepalis, a quienes les hemos hecho un contrato por un mes, para toda la gestión y coordinación de los portadores.

El siguiente paso, es portear víveres y alimentos a Singla desde Laprak. No hay camino que seguir, así que hemos enviado a 4 guías para que puedan asegurarnos la seguridad de los portes al transportar todo.
Gracias a todas las donaciones y apoyo que hemos recibido en la fundación estamos logrando llevar a cabo todo esto.
Nuestro principal objetivo es crear empleo e inyectar un flujo de dinero para que los más necesitados puedan reconstruir sus hogares. La respuesta por parte del pueblo de Laprak es impresionante y muy satisfactoria...

En todas las misiones que se han llevado a cabo estos días, en vez de llevar la ayuda en helicóptero se ha decidido contratar a sherpas y pagarles por los portes que realicen.
Esta decisión se ha tomado por varias razones, una es porque las carreteras no están en condiciones o están completamente cerradas y también para poder inyectar dinero en la comunidad así los sherpas con ese dinero pueden arreglar sus viviendas.
Hasta día de hoy se han contratado alrededor de 400 porteadores. Cada uno lleva unos 30 kilos. Algunos han conseguido hacer hasta 6 viajes en una semana y ganar unas 6000 rupias. Este dinero es el primer ingreso que reciben desde el primer terremoto, las caras de alegría cuando se les da el dinero, es imposible de describir.


El sistema utilizado es darles unos cupones por cada porte y al final de la semana se les paga por el número de cupones que tengan. Este sistema ha sido utilizado desde hace mucho por los montañeros cuando organizaban expediciones en el pasado.



40 niños del home van a un colegio en el que el tejado se desplomó. Si no hubiera sido día festivo estos niños habrían sufrido una verdadera tragedia.Por suerte estaban todos en el Home en el patio jugando. Los edificios no sufrieron ningún desperfecto pero los niños siguen durmiendo en tiendas desde el día del terremoto.
Tienen miedo a las réplicas, todos los días hay alguna. Los profesores se emocionan al hablar del terremoto. Durante estos días, al no haber clase han mantenido a los chicos ocupados. Los más mayores han hecho de profesores para los más pequeños y al terminar las clases han organizado juegos para mantenerlos ocupados. Aquí como en cualquier otro lado los niños sueñan con sus héroes las estrellas de fútbol o cantan canciones de Justin Bieber o One Direction.
Psicológicamente no han sufrido porque no han visto el desastre que se ha producido en el resto del país. Eso sí, muchos saben que sus padres han perdido sus casas e incluso hay un niño que ha perdido a uno de sus padres.Tienen miedo a las réplicas, todos los días hay alguna. Los profesores se emocionan al hablar del terremoto. Durante estos días, al no haber clase han mantenido a los chicos ocupados. Los más mayores han hecho de profesores para los más pequeños y al terminar las clases han organizado juegos para mantenerlos ocupados. Aquí como en cualquier otro lado los niños sueñan con sus héroes las estrellas de fútbol o cantan canciones de Justin Bieber o One Direction.Psicológicamente no han sufrido porque no han visto el desastre que se ha producido en el resto del país. Eso sí, muchos saben que sus padres han perdido sus casas e incluso hay un niño que ha perdido a uno de sus padres.
El 27 demayo contaba:


Dos días viajando en todo terreno por carreteras destrozadas por los desprendimientos causados por el terremoto y por la incipiente entrada del monzón que trae lluvias todos los días.
En nuestro camino nos encontramos más y más destrucción y de fondo, como si de un decorado se tratara, la abrumadora belleza de la naturaleza. Una rueda pinchada nos obliga a hacer un alto en el camino, enseguida nos invitan a sentarnos en una casa cercana a la carretera (foto).
Cuando el todo terreno ya no puede mas el tractor le releva, y finalmente caminando entre la tierra agrietada divisamos Laprak.
El improvisado campamento ha sufrido tormentas diarias haciendo más difícil todavía la vida aquí.
La gente trabaja sin descanso desde las 5 de la mañana. Son conscientes de que el monzón esta llegando y necesitan construirse cuanto antes un techo donde cobijarse y aprovisionarse de víveres para poder enfrentarse a estos tres duros meses.


El 31 de mayo:
Trabajar en un país con diferente cultura resulta aveces complicado. Hay que ser extremadamente cuidadoso y respetar lo máximo posible su religión y cultura. Dialogar con los representantes locales es sin duda una labor fundamental que hemos intentado realizar desde que comenzamos este proyecto de reconstrucción. Hace algunos días os contamos que habíamos instalado un colegio provisional en una ladera cercana. Pues bien, después de reunirnos con las autoridades locales hemos tenido que cambiar la localización del colegio. La ladera en la que lo instalamos es considerado un lugar sagrado y la gente local cree que no es apropiado. En esta reunión conseguimos ponernos de acuerdo y elegimos el que será lugar definitivo para el nuevo colegio.
Todo el pueblo se puso manos a la obra, incluso un grupo de militares que trabaja por la zona decidió ayudarnos y en un día aplanaron el terreno y por fin llegaron las tiendas que encargamos para este fin. Entre todos armamos las primeras tiendas de lo que será este colegio con vistas increíbles. Todavía sin terminar, los primeros niños ya se acercaron curiosos a ver cual sería su nuevo colegio. A juzgar por sus risas y sus juegos parece que el lugar les gustó.
Esperamos que esto les devuelva un poquito a la normalidad. No hay que olvidar que estos niños acaban de sufrir una tragedia. A su corta edad han visto como la tierra temblaba y las casas en las que vivían se derrumbaban. Algunos incluso han visto como sus seres queridos desaparecían bajo los escombros. Los profesores jugarán ahora un papel fundamental en el desarrollo emocional y psicológico de los pequeños. Pretenden empezar las clases poco a poco, e intentar sobre todo que los niños vayan recuperando la alegría propia de su edad.
(La segunda ubicación de la escuela)
El 2 de junio:
La vida en la ciudad de Katmandú continua tan trepidante como siempre. El tráfico infernal, el ruido incesante del claxon de los coches y hasta algunos autobuses de turistas.
El terremoto no afectó a todos por igual y hay zonas de la ciudad en las que parece que nunca se produjeron esos 30 segundos de sacudida que destrozaron la vida y las casas de tanta gente.
Sin embargo cuando comienzas a callejear te encuentras con edificios derrumbados y tiendas improvisadas.
Fueron muchos los heridos aquel día, muchas las contusiones, las fracturas, las amputaciones. El hospital privado Dirghayu GURU en Katmandú lo sabe muy bien. En los minutos posteriores al terremoto no daban a basto. Trabajaron durante días sin descanso de manera voluntaria y sin cobrar una sola rupia a los pacientes. El propio director del hospital compraba con su propio dinero bebidas y alimentos para los pacientes.
Este pequeño hospital privado se especializa en cirugía ortopédica y neurológica. Por el han pasado y siguen pasando los casos mas dramáticos como el de una pequeña que fue operada de una fuerte contusión en la cabeza y ahora necesita con urgencia una operación de cirugía plástica, ya que su cráneo ha quedado completamente deformado y resulta imposible para su familia pagar ya que su coste es de unos $7,000.
Han agotado todos sus fondos al realizar todas estas operaciones tan costosas de manera gratuita con sus propios medios y ahora sus cuentas están en números rojos. Si no recibe ayuda externa se verán obligados a cerrar sus puertas a la gente sin recursos lo que significará que todas estas personas no podrán recibir ayuda y. Hasta el momento no han recibido ni una sola Rupia del gobierno, ni una botella de agua nos cuentan.
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