¿ Cual es la mordida en sueldazos de las grandes ong's en Nepal?


Siguen los temblores, diariamente, en Nepal. Fue tras el grande del 25 de abril cuando los medios de comunicación occidentales nos pidieron dinero para ayudar a la reconstrucción. El daño se ha estimado en el 31'4% del PIB 6 mil millones de €. "No se lo deis al gobierno nepalí que es corrupto" decían "ni a las ong's pequeñas que no están preparadas". Claro, las grandes se dejan una pasta en publicidad en esos medios y forman parte del sistema que impera en este penoso mundo en que unos pocos se lo llevan crudo mientras los de abajo siguen a dos velas. Cuando digo grandes no me refiero a Médicos si Fronteras etc sino a las organizaciones dependientes de organismos internacionales como Naciones Unidas, Banco Mundial, Cruz Roja...  o la comunidad valenciana: su consejero de cooperación, el pepero Blasco y su equipo, se quedó con los 4 millones que presupuestó para construir un hospital en Haití (aunque ya están en la cárcel todavía no han sido juzgados por esto).

Sabemos, por ejemplo, que en Nepal sólo hay 63 expertos en estructuras, quizá tengan que venir de fuera ahora que hay tantos edificios dañados, pero ¿cuánto es un sueldo justo en un país donde el sueldo medio no llega a 300 lerdos al mes?

Desde Nepal Shubash Ghimire denuncia que una gran cantidad del dinero de ayuda internacional se lo quedan carísimos expertos innecesarios y defiende la transparencia del gobierno nepalí (aquí no podemos creerle, hay voces que exigen transparencia) que ha llevado a cabo, a través de policía y ejército, la mejor labor de socorro, rescate y reconstrucción, y la más barata: soldados y policías ya cobraban el sueldo por hacer poco más que mantener la disciplina (y a veces por aprovecharse de su poder). Ahora sí que se lo han ganado. Os traduzco, íntegro, su artículo (si vais al original es muy interesante el hilo de comentarios):
(La cruz roja sobre el terreno)

"Recientemente ProPublica, un medio independiente de Nueva York que se dedica a reportajes de investigación y denuncia, ha sacado a la luz la mala administración de quinientos mil millones de $ por la Cruz Roja Internacional donados para las víctimas del terremoto de 2010 en Haití. Construyeron sólo seis casas (de las 130.000 prometidas) y nunca confiaron en los conocimientos y la experiencia local en esfuerzos de reconstrucción.

El 96 % de los 3,5 millones de $ en fondos del terremoto  fue gestionado por ong's internacionales en Haití. El gobierno haitiano administró solamente el 1 %. La mayor parte del 96 % de los fondos se gastaron en las consultas, el transporte y en la opinión de expertos. La falta de control de los gobiernos locales sobre el trabajo de las ONGI solamente alimentó la corrupción. Haití es popularmente conocida hoy como la "república de las ong's internacionales". No queremos ver una repetición de la misma historia en Nepal.

Es un hecho que nuestro gobierno (nepalí) es patéticamente indeciso en tiempos de crisis, pero también que está sometido a un escrutinio riguroso. Hace apenas unas semanas, el Centro Nacional de Vigilancia sondeó las irregularidades del gobierno y el mal uso de los bienes de socorro, y presentó un informe al primer ministro, destacando fallos en la prestación de servicios por parte de nuestras autoridades estatales. El Comité de Cuentas Públicas del Parlamento ha comenzado a cuestionar a ministros y altos funcionarios por su presunto abuso de autoridad. Además, la CIAA (Comisíón de investigación del abuso de autoridad) ha confiscado documentos relacionados del Ministerio de Desarrollo Urbano y comenzado a investigar casos de corrupción. Del mismo modo, la Oficina del Auditor General examinará todas las transacciones relevantes y señalar todos los apuntes y atrasos pendientes en su informe anual.

Todos estos controles deberían pasarlos las ong's internacional que no se cansan de predicarnos su "transparencia y rendición de cuentas". Deberían hacer públicos los gastos en "expertos y consultores internacionales" que han sido traídos para ayudar en los trabajos de auxilio y reconstrucción.

Las ong's internacionales se niegan a contribuir al Fondo de Ayuda del primer ministro. Esto es una estratagema diseñada para socavar  y debilitar continuamente nuestro gobierno y querer hacerse imprescindibles en la reconstrucción del país. Expertos que no tienen ni idea llegaron a Kathmandú el día después del terremoto a "ayudarnos" y ya querían ver sus entrevistas publicadas en los principales diarios, incluso antes de empezar a enterarse de la gravedad de la tragedia.

Muchas organizaciones internacionales no han sido capaces de gastar todos los fondos que recibieron para el rescate de emergencia y operaciones de socorro. Así que se están explorando activamente formas de gastar los fondos. Algunas organizaciones están contratando a un helicóptero de cinco plazas por 2.500 $ la hora. El precio normal es de 1.000 $ por hora para contratos por meses.

Mientras que el gobierno Koirala fue duramente criticado por su lentísima reacción en los primeros días de la tragedia del terremoto, ha dispuesto hasta ahora 4.999 vuelos en helicóptero, rescatado 7.606 personas a través de sus ambulancias aéreas, y tratado a miles de víctimas, todo sin costo extra. El gobierno movilizó a 66.069 miembros del ejército, 41.776 policías, 24.775 policías armados y 22.500 funcionarios públicos en las operaciones de rescate, distribución de ayuda y recopilación de datos. Más de cinco millones de personas durmieron fuera de sus hogares sin ningún incidente grave. Toda esta operación se llevó a cabo con un presupuesto de menos de $ 50 millones.

La ONU y diversas organizaciones internacionales recibieron 124,7 millones de $ a través del fondo para emergencias de la ONU y otros 182,9 millones por otros medios. Según varias fuentes, distintas agencias de la ONU han traído personal adicional por centenas, además de su personal que ya trabajaba en Nepal. UNICEF Nepal ha contratado a 104 expertos internacionales, el WFP (banco mundial de alimentos) ha contratado a 200, la IOM (organización internacional para l@s migrantes) a 200, el UNPD 45 (programa de desarrollo de la ONU) y la WHO 100 (organizacion mundial de la salud). Hay alrededor de 2.000 empleados de la ONU   y grandes ong's como consultores. Cobran de $ 1000 a $ 10.000 al día (de verdad tanto). Si incluimos los costos operativos y de logística, se gastan unos 20 millones de $ al mes que no van a Nepal.
(Un guiri de unicef trabajando en Nepal)
La mayor parte del personal de la ONU se supone que estaría aquí sólo durante las operaciones de rescate y socorro. El gobierno nepalí ya ha declarado que la fase de rescate y socorro ha terminado; estos consultores deberían estar de camino a casa. Pero todavía están aquí, pensando como ampliar su estancia, afirmando que el gobierno es incapaz de manejar la crisis y las ong's tienen que seguir interviniendo.

La ONU ha puesto en marcha equipos de coordinación de refugios en Gorkha, Dhading y Sindhupalchowk sin la aprobación del gobierno. Los miembros de los equipos incluyen especialistas en género, especialistas socioeconómicos etc. A menudo se utilizan guías turísticos nepalíes y sus familiares para identificar las víctimas del terremoto, y los materiales de socorro se distribuyen sin ninguna coordinación con los jefes de distrito.

Uno de los lobbys que presiona para enviar más personal internacional es el Consorcio de Reducción del Riesgo de Nepal (NRRC). Esta organización sólo recopila informes de riesgo elaborados por organismos gubernamentales y ong's. El secretario del Ministerio del Interior nepalí es presidente honorario (sin sueldo) del consorcio, a cuyo cargo hay un consultor internacional generosamente pagado (10.000-30.000 $ al mes). Esta es la misma organización que se opuso vehementemente cuando el Gobierno de Nepal antes del terremoto sugirió entrenar un equipo de salvamento según las normas internacionales. Si hubiéramos tenido el equipo de búsqueda y rescate listo el rescate habría sido mucho más eficaz. El NRRC también está trabajando duro para convencer a la comunidad internacional que el gobierno de Nepal es incapaz de manejar la crisis, y les insta a donar fondos a la ONU y otros organismos internacionales, pero no al Fondo de Ayuda del primer ministro nepalí. El trabajo del NRRC terminaba este año 2015, pero está presionando al gobierno para quedarse un año más.

L@s Nepalíes tienen derecho a conocer los gastos detallados del dinero que llega para ayudar a las víctimas del terremoto. Queremos saber qué tipo de experiencia y saber hacer fue pagado a 10.000 $ al día, y qué utilidad han tenido estos expertos durante la crisis. ¿Pueden las organizaciones internacionales mantener las mismas normas de transparencia que se proponen para Nepal? ¿Están dispuestos a someterse a un proceso de revisión para evaluar si estas contribuciones son eficaces, no en términos de su propia agenda interna, sino por las normas y los requisitos de las personas en el terreno a quienes dicen servir? Es dudoso que las mismas agencias que son ignorantes de nuestros sistemas orgánicos y altamente organizados de autogobierno tengan la humildad necesaria para plantearse si realmente sus contribuciones son eficaces. Pero si estas enormes agencias insisten en participar, deben rendir cuentas.

Toda esto sólo es un ejemplo más de la codicia y del uso de los desastres naturales como una ocasión para enquistar una profesión que cuesta un dineral y necesita mantener la dependencia de los estados pobres para justificar su propia existencia. Este fenómeno,tan conocido en Nepal, tiene décadas y hunde sus raíces en el racismo y el clasismo.

La parte chunga de esta industria del dolor es preocupante a muchos niveles. El enfoque de la comunidad internacional es inquietante para el espíritu, la experiencia y la sabiduría de nuestro pueblo. Parece que las organizaciones internacionales que operan aquí son incapaces de entender y mucho menos aceptar nuestras ideas y liderazgo. Nuestra capacidad de recuperación y nuestra falta de voluntad para convertirnos como Haití en un peón del régimen de la ayuda internacional debe ser frustrante para muchos "expertos internacionales" en Kathmandú. Si realmente quieren ayudarnos, esta industria de la pena debe terminar ahora."


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