Lo que no te cuentan del Taj Mahal

Rita Banerjee escritora, feminista y fundadora de la campaña contra el feticidio selectivo "50 million missing" (50 millones de indias no han nacido porque se prefieren los chicos). Os traduzco un artículo que ha escrito sobre el Taj Mahal, que las guías turísticas venden como el monumento al amor, pero ocultan una triste realidad:

"India puso mala cara cuando los Obama pasaron del Taj Mahal durante su reciente visita al país. Pero, en realidad, estoy cansada de la gente famosa que pos delante de la tumba de mármol como si fuera lo más romántico. Pero la historia de cómo y por qué el emperador Shah Jahan construyó este monumento a la memoria de su difunta esposa, Mumtaz Mahal, tiene poco de romántica.

El Taj tardó veintidós años en completarse en 1654, fue construido con el trabajo de veintidós mil esclavos. El gasto colosal de su construcción (más de 1 millón de dólares de los de hace casi 400 años), con mármol y piedras preciosas traídas de todos los rincones del mundo, también se extrajo de los súbditos del emperador: aldeanos empobrecidos y tenderos pagaron impuestos opresivos .

Pero las auténticas mentiras son las historias de romanticismo tejidas en torno a la vida y la muerte de la mujer que supuestamente está enterrada aquí. Mumtaz Mahal, fue la tercera esposa de Shah Jahan, y fue su prometida desde los 14. En sus 19 años de matrimonio, dio a luz a 14 niñ@s, soportando un embarazo casi cada año, hasta que murió dando a luz a su decimocuarto, de hemorragia postparto debido a los múltiples, embarazos encadenados que tuvo que soportar.
(Shah Jahan y Muntaz)
Es absurdo que muchos vean esta forma de trabajo reproductivo letal, como indicación del estado de esposa "favorita" de Mumtaz. Ser la preferida del harén de un hombre, sin duda no es el romance ideal para ninguna mujer. ¡ Shah Jahan tuvo 2.000 mujeres en su harén ! Pero si de hecho, Shah Jahan quería tanto a Mumtaz, ¿ no se habría fijado en su cuerpo, visiblemente debilitado y destrozado por cada embarazo sucesivo? ¿O era sólo una vagina, un juguete sexual para él, y no una persona real cuyo cuerpo, salud y bienestar le preocupara un poco al menos ? De hecho, si esto es amor entonces  India todavía tiene un montón.  India, aún hoy en día, sufre el mayor número de muertes relacionadas con la maternidad (17%), en gran parte debido a las mismas razones - embarazos tempranos, múltiples y consecutivos, las mujeres no pueden controlar la natalidad, ni la propiedad y la elección sobre su propio cuerpo.

Los harenes y su trato a las mujeres, constituyen algunos de los capítulos más oscuros de la historia de la mujer. Redujeron las mujeres a objetos de colección, a ser literalmente estabuladas como ganado por los hombres que las poseían sólo para su entretenimiento sexual. Aunque los harenes, o zenanas, se asocian con la época musulmana de la India, lo cierto es que existían también entre los hindúes mucho antes de la llegada del Islam. El rey Tamba de Benarés en el siglo sexto antes de Cristo tenía 16.000 esposas en su harén.

Por supuesto que un rey tenía derecho a quedarse cualquier niña o mujer del reino estuviera o no dispuesta. Poseerlas y enclaustrarlas en su harén, era una forma de mantener la exclusividad sexual. Para asegurarse dicha exclusividad, los harenes eran custodiados rígidamente por servidores de confianza que registraban a las visitantes que llevaban velo para asegurarse de que no eran hombres disfrazados. Las mujeres de los harenes particularmente grandes experimentaron tal frustración sexual que intentaban liarse con cualquier hombre que se les pusiera a tiro - guardias, funcionarios, médicos visitantes, e incluso los hijos de otras reinas. Es por eso que los guardias eran a menudo eunucos u hombres de familias pobres que habían sido castrados especialmente para el trabajo. En el harén se practicaba con frecuencia el sexo lésbico y se usaban frutas y verduras como consoladores para superar su aburrimiento sexual (El Kamasutra, trad A. Daniélou, 1994).

El régimen del harén se mantenía a través de una estricta jerarquía interna. La posición de las reinas en la ley del más fuerte era determinada por una serie de factores: su origen, su físico, las preferencias del rey, e incluso la castas. Aunque un rey podía tener relaciones sexuales con una mujer de casta inferior, ella era demasiado "impura" y no apta para atender a su baño u otras necesidades personales (Leyes de Manu 9,85). Los hijos que daba a luz, del mismo modo no podrían tener la misma reclamación a títulos del rey y a su riqueza como los hijos de las reinas de las castas superiores. Las reinas no sólo estaban clasificadas en los harenes, también había promociones y descensos de categoría en función de sus acciones y comportamiento (Leyes de Manu 9.80). Si una reina desobedecía al rey o reinas de alto rango, era grosera, o no podía tener hijos, se enfrentaba al descenso de categoría, y la humillación de tener una reina de menos antigüedad por encima. El castigo impuesto a una mujer por infidelidad era ser despedazada por los perros de la calle (Leyes de Manu 8.572).
(¿estaría Muntaz enamorada?)
Pero lo que me parece más interesante es que así como ahora nos creemos el romance del Taj, las indias escritoras de finales del XIX y principios del siglo XX habían denunciado abiertamente la cultura del harén y su costumbre de secuestrar mujeres. Rokeya Sakhawat Hossain en su obra Sueño de Sultana (1905) sugirió la creación de un sistema equivalente para los hombres que se llamaría 'murdana' donde los hombres serían mantenidos en aislamiento, y controlados. Pandita Ramabai (1858-1922), profesora y activista de los derechos de la mujer, dijo que era una "crueldad" terrible hacia las mujeres, y las trataba como "prisioneras". Y en la novela de Sarat Chandra Chattopadhyay 1931 Sheshprashna (la pregunta final), la protagonista femenina, Kamal cuestionaba las normas sociales que sufrían las mujeres física y psicológicamente, también cuestionaba la idealización del Taj Mahal por la gente como epítome de amor eterno entre un hombre y una mujer, y se preguntaba cómo ser la esposa favorita de Shah Jahan, convertía a Mumtaz en su alma gemela. Porque ¿podría el Taj Mahal cambiar el hecho de que ella seguía siendo, solamente, una selección para su harén?"

(NDT: dice la leyenda que Shah Jahan mandó cortar las manos de muchos trabajadores para que no pudieran construir otro Taj)

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