Mi boda sin mí

Excelente fotos y artículo del 9-11-2014 de la ong Saheli que trabaja en India para empoderar a las mujeres para liberarse del machismo sofocante (aquí podéis visitar su exposición virtual "La odisea de ser mujer en India":

Imagina que eres mujer, que tienes unos 17 años, que eres musulmana, que has nacido y que vives en la India. Imagina que tu familia decide que te tienes que casar con un muchacho que ni siquiera conoces y al que solo has visto unos pocos minutos, el día en que ambas familias estaban pactando las condiciones de tu matrimonio.

Imagina  que llega el día de tu boda y que a partir de ese día, vas a abandonar tu hogar para vivir para siempre con la familia de tu esposo, en la que no conoces a nadie. Sobre tus hombros recae la responsabilidad de responder a las expectativas que se han creado sobre ti, la responsabilidad de llevar el buen nombre y el honor de tu familia. De ti esperan que seas una esposa ejemplar, sumisa, que procrees varones y que seas una perfecta sirvienta del hogar y de tu marido. 

Imagina ahora que llega el día de tu boda pactada, que te han acicalado y cubierto de flores y que empieza la ceremonia nupcial. Todo el mundo está bajo una gran carpa de colores, mujeres a un lado y hombres a otro, como no podría ser de otra manera. Sobre un atril, para que se vea bien la ceremonia, está tu futuro marido, rodeado de los líderes religiosos de la comunidad que van a oficiar la ceremonia. También están algunos representantes varones de ambas familias.

Empieza la ceremonia. Se firman los correspondientes papeles que hacen efectiva vuestra unión, se revisa la dote para confirmar que todo está acorde con las condiciones pactadas. Se entonan cánticos religiosos que bendicen vuestra unión, tu marido pronuncia públicamente sus votos y el representante de tu familia también. Se vuelven a entonar más canticos y la ceremonia finaliza. Todo el mundo se felicita. Empieza el banquete, se sirve arroz y dulces y tras la comilona casi todo el mundo se marcha.

Tú te has pasado todo ese tiempo encerrada en una habitación, rodeada de algunas amigas y de las mujeres de tu familia. Escondida de la vista de los invitados e invitadas. Para finalizar el evento se carga tu dote en una camioneta y tú  junto a ella, con lagrimas en los ojos, dejas para siempre tu casa para empezar una nueva vida en otro pueblo, lejos de los tuyos.

Todo esto pasó ayer en Sangamner y pudimos ser testigos de ello. Tristemente el sistema patriarcal, la opresión sobre las mujeres y el trato de estas como meros objetos de trabajo e intercambio; persiste con fuerza en este país.
 

 






 

 

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