Contra el trabajo infantil
Cuando viajas por India y Nepal sorprende la cantidad de chiquillos que trabajan en la calle y lo asumido que lo tiene la sociedad. Pero esto no es más que la punta del iceberg otros muchos trabajan encerrados en fábricas y casas particulares. En el día mundial para sensibilizar contra el trabajo infantil os traigo 3 artículos. Uno nos habla de un estudio oficial que cifra en sólo 5 millones los niños que trabajan en India (las cifras que manejan organizaciones independientes están entre 80 y 100 millones).
Otro sobre las kamlaris, niñas casi esclavas que trabajan en Nepal en el servicio doméstico (aunque os remito a mis artículos anteriores ya que ya os hablé dos veces). Las kamlaris que han conseguido escaparse de la pesadilla han empezado a organizarse -United Committee for the Elimination of Kamlari Practice (UCEKP)- y protestar por su situación. Han organizado huelgas que han parado 22 distritos de Nepal y, llenas de rabia, han llegado a romper autobuses. Desde el pasado miércoles piden la investigación de la muerte de seis de ellas, la desaparición de 27, el embarazo de 11 (presuntamente violadas por sus empleadores) y los malos tratos a más de 600.
Termino con uno dedicado a los niños que trabajan para las multinacionales que más ropa venden por aquí, está basado en un informe de 40 páginas que lleva circulando desde 2011 (te lo puedes bajar aquí en pdf, está en inglés), además da voz a portavoces del Corte Inglés, Cortefiel... que con su habitual hipocresía lo niegan todo, dicen que sus empresas están limpias, pero ninguno nos enseña sus talleres sólo citan que cumplen certificados internacionales ¿Quién los emite? ¿El mismo que dejaba seguir trabajando en el Rana Plaza de Bangladesh a pesar de las grietas?.
Forzados a trabajar cinco millones de niños en la India
(Publicado por: Prensa Latina )
Nueva Delhi, 12 jun (PL) Unos cinco millones de niños indios se ven obligados a trabajar para ganarse la vida, reveló la Organización Nacional de Encuestas por Muestreo (NSSO) al celebrarse hoy el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Organizaciones no gubernamentales que se ocupan del tema, empero, aseguran que la cifra es más de 20 veces mayor y configura una de las mayores vergüenzas en un país que se precia de ser una de las principales economías del mundo.
De acuerdo con NSSO, el mayor número de niños trabajadores se localiza en los estados de Uttarakhand (norte, un millón 750 mil); Bengala Occidental (este, 500 mil 500); Rajastán (noroeste, 400 mil) y Gujarat (oeste, 300 mil 900).
Pese a la prohibición del trabajo infantil, cientos de miles de niños trabajan como empleados domésticos, en "dhabas" (restaurantes) e incluso en fábricas en condiciones peligrosas, dijo Thomas Chandy, directivo de la ONG Save the Children en la India.
Las leyes (de prohibición del trabajo infantil) están ahí, existen desde 1986, pero deben ser implementadas, señaló por su parte Bhavna Mukhopadhyay, directora ejecutiva de la Asociación de Voluntarios de la Salud.
En Nueva Delhi y otras grandes urbes indias son frecuentes las redadas policiales para liberar a niños sometidos a condiciones laborales rayanas en la esclavitud.
Ayer mismo, en una zona de las afueras de la capital fueron rescatados 56 que laboraban en fábricas de electrodomésticos. Como salario recibían a la semana unas cien rupias (menos de dos dólares).
Millones de niños indios languidecen bajo semejantes regímenes de trabajo, mientras más de 200 millones de adultos están sin empleo. Exigimos que el trabajo infantil sea considerado un delito grave y sin fianza, dijo Kailash Satyarthi, miembro de una ONG que participó en la operación.
En el lustro 2007-2011 las autoridades realizaron más de un millón 250 mil inspecciones en fábricas, talleres, restaurantes y otros centros de toda la India, pero solo fueron condenados cuatro mil 263 empleadores que habían violado las leyes a ese tenor.
Kamlaris, las niñas esclavas de Nepal
(Del blog odio de clase)
[Hoy Nepal es gobernado-gestionado por un partido (maoísta) recalcitrantemente revisionista, liderado por el oportunista Prachanda, que apenas ha realizado cambios ni alterado la estructura del estado reaccionario y donde se siguen permitiendo las niñas esclavas Kamlaris]
Shanta Chaudhary tenía ocho años cuandro sus padres la vendieron por 75$ para que trabajara, de hecho como una esclava, en la casa de un extraño del suroeste de Nepal durante 19 horas cada día.
"Recuerdo la tortura. Tenía que acarrear cosas que pesaban más que yo aunque estuviera enferma. No pude ver a mis padres, no sé lo que es el amor de una madre. Incluso mis años de casada pasaron trabajando en la casa de otros. Muchas kamlaris han sido violadas, lo he visto con mis ojos".
El sistema denominado "kamlari" es una forma de esclavitud por contrato (oral) que subsiste 90 años después de la abolición de la esclavitud en los llanos del suroeste de Nepal, a años luz de los templos de Kathmandu y de los picos del himalaya que atraen a turistas de todo el mundo.
Durante generaciones, las niñas de la etnia Tharu, a veces con sólo 6 años, han sido proporcionadas a terratenientes y comerciantes de casta alta que las obligan a hacer todo tipo de trabajos serviles y sufrir todo tipo de crueldades.
"Las niñas trabajadoras no pueden casi dormir, no pueden jugar, tienen las manos destrozadas, nadie las da un poco de cariño, nunca. Es una pesadilla continua" dijo Shanta Chaudhary en una conferencia de UNICEF para conmemorar el World Day Against Child Labour (día mundial contra el trabajo infantil).
Hace un siglo los Tharu eran considerados descendientes de Buddha, tenían granjas y vivían relativamente aislados, disfrutando una resistencia natural a la malaria, que era muy frecuente en la zona, el Terai entre pueblos de casta más alta.
Cuando la enfermedad fue erradicada en 1960, estas tribus analfabetas fueron desplazados por gente de casta alta que bajó de las zonas montañosas, convirtiéndoles (a los Tharu) en siervos en su propia tierra. Hay familias que alquilan a sus hijas por $30 al año, cifra que supone el 10% de sus ingresos anuales. La Nepalese Youth Opportunity Foundation dice que ha encontrado kamlaris trabajando para altos cargos del partido comunista, abogados, periodistas y hasta policías.
Capturadas por el algodón; India, niñas y adolescentes trabajando para el Corte Inglés y Zara (fuente)
Niñas y adolescentes trabajando sin contrato, privadas de libertad y en condiciones insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88 euros al día, del que sólo podrán disponer cuando hayan transcurrido de tres a cinco años y que servirá para pagar su dote matrimonial. Ese es el sombrío escenario laboral de miles de jóvenes del estado de Tamil Nadu, al sur de la India, que son empleadas en condiciones que rozan la esclavitud por empresas textiles de aquel país que luego suministran sus productos a grandes firmas internacionales, entre ellas las españolas Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel.
Un exhaustivo y documentado informe elaborado por el prestigioso Centre for Research on Multinational Corporations -una organización independiente holandesa sin ánimo de lucro que escruta a las grandes multinacionales- y el India Committee of the Netherlands -una ONG del mismo país impulsora de la campaña Clean Clothes (Ropas Limpias) contra la explotación vinculada al comercio textil- saca los colores a algunos de los gigantes mundiales de la moda por comerciar con esa presunta red de trabajo esclavo. Entre ellos, Tommy Hilfiger, Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap, C&A, El Corte Inglés, Inditex -propietaria de Zara- y Cortefiel.
El informe, titulado Captured by cotton (Atrapadas en el algodón), relata el proceso de reclutamiento de miles de niñas y jóvenes indias de entre 14 y 20 años por los grandes fabricantes textiles de Tamil Nadu. La inmensa mayoría de ellas pertenece a los Dalit, la casta más baja de la India, considerada impura y dedicada a tareas marginales con míseros salarios: limpiadores, lavanderos, artesanos callejeros… Las adolescentes son atraídas por sus empleadores con falsas promesas de una vida mejor que incluye comida y alojamiento en las mismas factorías, y empujadas por sus padres por el reclamo de un salario diferido que cobrarán al acabar sus contratos para costear su dote y contraer matrimonio.
Prácticas prohibidas
El pago de una dote fue prohibido por ley en la India en 1961, pero sigue siendo una práctica muy habitual en las zonas rurales y más deprimidas del país. Muchas familias contraen elevadas deudas para poder hacer frente a ese gasto, con la esperanza de que sus hijas -y ellos mismos- salgan de la miseria si logran casarse. En esas condiciones de marginación y pobreza extrema, la oferta de un salario con el que pagar su dote y tres comidas al día es un argumento más que suficiente para que los reclutadores textiles de Tamil Nadu logren atraer cada año a miles de jóvenes a lo que se ha bautizado como Plan Sumangali (la palabra tamil sumangali se aplica a las mujeres solteras que aspiran a casarse, ser felices y verse colmadas de bienes materiales).
De las cuatro grandes fábricas manufactureras que copan la producción en ese estado indio citadas en el informe -Eastman Exports, SSM India, Bannari Amman Group y KPR Mill-, Eastman Exports tiene entre sus principales clientes a Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel. Los autores del estudio, elaborado sobre el terreno con entrevistas a más de un centenar de empleadas y ex trabajadoras, además de sindicalistas, miembros de ONG’s y académicos, revelan que ese conglomerado indio tiene 24 centros textiles y una capacidad de producción de seis millones de prendas de ropa interior al día y otros seis millones de pantalones, faldas y vestidos al mes.
Un portavoz oficial de El Corte Inglés reconoció ayer a El Confidencial que Eastman Exports es uno de los proveedores de la firma presidida por Isidoro Álvarez, pero aseguró que la compañía india ya ha abandonado las prácticas del Plan Sumangali y ha superado con éxito dos auditorías internacionales BSCI (Business Social Compliance Initiative), un sistema ideado por las grandes multinacionales para evitar auditorías múltiples y redundantes a sus principales suministradores. “Eastman Exports, según las auditorías BSCI, sólo comete ahora algunas infracciones leves”, añadió el citado portavoz.
Jornadas laborales interminables
El informe Captured by cotton admite, en efecto, que Eastman Exports suprimió en 2010 el pago diferido a sus trabajadoras, pero añade a continuación que éstas sufren aún prácticas abusivas, muy cercanas a la explotación laboral, por parte de la compañía india. Entre otras, una semana laboral de 72 horas, con jornadas forzosas de 12 horas diarias durante los picos de producción y sin recibir a cambio compensación económica; libertad de movimientos estrictamente restringida al interior del complejo textil, que sólo pueden abandonar una vez al mes y bajo vigilancia; contratos exclusivamente verbales que son frecuentemente violados por la empresa y prohibición expresa de afiliarse a un sindicato.
Desde Inditex, por su parte, aseguraron que el informe fue analizado en junio de 2011 por la Ethical Trading Initiative (ETI), una organización internacional con sede en Londres que combate la explotación laboral, y de la que forma parte la multinacional gallega fundada por Amancio Ortega. “Inmediatamente se adoptaron acciones preventivas para impedir que cualquiera de las situaciones de riesgo señaladas en el informe se pudieran llegar a producir”, señaló ayer un portavoz de la compañía. “Tras nueve meses de trabajo, el resultado final apunta a que las situaciones de riesgo están ahora monitorizadas y se persiguen de forma eficaz las irregularidades”, añadió.
Precisamente el pasado miércoles, durante la presentación en Madrid de los resultados de Inditex en 2011, un periodista de la televisión pública francesa France 2 preguntó al presidente de la compañía, Pablo Isla, por qué permite el trabajo infantil en algunos de sus proveedores indios, y aseguró que la cadena emitirá en mayo un documental en el que supuestamente se demuestra que Inditex tolera la explotación de niños de 14 años. Isla respondió que esas preguntas eran “improcedentes” y estaban “fuera de lugar”.
Por último, un portavoz de Cortefiel, otra de las firmas españolas que comercia con Eastman Exports, señaló que la compañía textil india “es un proveedor de clase A que cumple todos los certificados y que no está dando problemas”. El mismo portavoz añadió que Cortefiel “no ha detectado esas deficiencias que menciona el informe”, y que el grupo -propietario de marcas como Springfield, Women’secret o Pedro del Hierro- “no tolera en sus proveedores comportamientos socialmente inaceptables”.
Otro sobre las kamlaris, niñas casi esclavas que trabajan en Nepal en el servicio doméstico (aunque os remito a mis artículos anteriores ya que ya os hablé dos veces). Las kamlaris que han conseguido escaparse de la pesadilla han empezado a organizarse -United Committee for the Elimination of Kamlari Practice (UCEKP)- y protestar por su situación. Han organizado huelgas que han parado 22 distritos de Nepal y, llenas de rabia, han llegado a romper autobuses. Desde el pasado miércoles piden la investigación de la muerte de seis de ellas, la desaparición de 27, el embarazo de 11 (presuntamente violadas por sus empleadores) y los malos tratos a más de 600.
Termino con uno dedicado a los niños que trabajan para las multinacionales que más ropa venden por aquí, está basado en un informe de 40 páginas que lleva circulando desde 2011 (te lo puedes bajar aquí en pdf, está en inglés), además da voz a portavoces del Corte Inglés, Cortefiel... que con su habitual hipocresía lo niegan todo, dicen que sus empresas están limpias, pero ninguno nos enseña sus talleres sólo citan que cumplen certificados internacionales ¿Quién los emite? ¿El mismo que dejaba seguir trabajando en el Rana Plaza de Bangladesh a pesar de las grietas?.
(foto responsible charity) |
Forzados a trabajar cinco millones de niños en la India
(Publicado por: Prensa Latina )
Nueva Delhi, 12 jun (PL) Unos cinco millones de niños indios se ven obligados a trabajar para ganarse la vida, reveló la Organización Nacional de Encuestas por Muestreo (NSSO) al celebrarse hoy el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Organizaciones no gubernamentales que se ocupan del tema, empero, aseguran que la cifra es más de 20 veces mayor y configura una de las mayores vergüenzas en un país que se precia de ser una de las principales economías del mundo.
De acuerdo con NSSO, el mayor número de niños trabajadores se localiza en los estados de Uttarakhand (norte, un millón 750 mil); Bengala Occidental (este, 500 mil 500); Rajastán (noroeste, 400 mil) y Gujarat (oeste, 300 mil 900).
Pese a la prohibición del trabajo infantil, cientos de miles de niños trabajan como empleados domésticos, en "dhabas" (restaurantes) e incluso en fábricas en condiciones peligrosas, dijo Thomas Chandy, directivo de la ONG Save the Children en la India.
Las leyes (de prohibición del trabajo infantil) están ahí, existen desde 1986, pero deben ser implementadas, señaló por su parte Bhavna Mukhopadhyay, directora ejecutiva de la Asociación de Voluntarios de la Salud.
En Nueva Delhi y otras grandes urbes indias son frecuentes las redadas policiales para liberar a niños sometidos a condiciones laborales rayanas en la esclavitud.
Ayer mismo, en una zona de las afueras de la capital fueron rescatados 56 que laboraban en fábricas de electrodomésticos. Como salario recibían a la semana unas cien rupias (menos de dos dólares).
Millones de niños indios languidecen bajo semejantes regímenes de trabajo, mientras más de 200 millones de adultos están sin empleo. Exigimos que el trabajo infantil sea considerado un delito grave y sin fianza, dijo Kailash Satyarthi, miembro de una ONG que participó en la operación.
En el lustro 2007-2011 las autoridades realizaron más de un millón 250 mil inspecciones en fábricas, talleres, restaurantes y otros centros de toda la India, pero solo fueron condenados cuatro mil 263 empleadores que habían violado las leyes a ese tenor.
(kamlaris protestando, foto ekantipur.com) |
(Del blog odio de clase)
[Hoy Nepal es gobernado-gestionado por un partido (maoísta) recalcitrantemente revisionista, liderado por el oportunista Prachanda, que apenas ha realizado cambios ni alterado la estructura del estado reaccionario y donde se siguen permitiendo las niñas esclavas Kamlaris]
Shanta Chaudhary tenía ocho años cuandro sus padres la vendieron por 75$ para que trabajara, de hecho como una esclava, en la casa de un extraño del suroeste de Nepal durante 19 horas cada día.
"Recuerdo la tortura. Tenía que acarrear cosas que pesaban más que yo aunque estuviera enferma. No pude ver a mis padres, no sé lo que es el amor de una madre. Incluso mis años de casada pasaron trabajando en la casa de otros. Muchas kamlaris han sido violadas, lo he visto con mis ojos".
El sistema denominado "kamlari" es una forma de esclavitud por contrato (oral) que subsiste 90 años después de la abolición de la esclavitud en los llanos del suroeste de Nepal, a años luz de los templos de Kathmandu y de los picos del himalaya que atraen a turistas de todo el mundo.
Durante generaciones, las niñas de la etnia Tharu, a veces con sólo 6 años, han sido proporcionadas a terratenientes y comerciantes de casta alta que las obligan a hacer todo tipo de trabajos serviles y sufrir todo tipo de crueldades.
"Las niñas trabajadoras no pueden casi dormir, no pueden jugar, tienen las manos destrozadas, nadie las da un poco de cariño, nunca. Es una pesadilla continua" dijo Shanta Chaudhary en una conferencia de UNICEF para conmemorar el World Day Against Child Labour (día mundial contra el trabajo infantil).
Hace un siglo los Tharu eran considerados descendientes de Buddha, tenían granjas y vivían relativamente aislados, disfrutando una resistencia natural a la malaria, que era muy frecuente en la zona, el Terai entre pueblos de casta más alta.
Cuando la enfermedad fue erradicada en 1960, estas tribus analfabetas fueron desplazados por gente de casta alta que bajó de las zonas montañosas, convirtiéndoles (a los Tharu) en siervos en su propia tierra. Hay familias que alquilan a sus hijas por $30 al año, cifra que supone el 10% de sus ingresos anuales. La Nepalese Youth Opportunity Foundation dice que ha encontrado kamlaris trabajando para altos cargos del partido comunista, abogados, periodistas y hasta policías.
Capturadas por el algodón; India, niñas y adolescentes trabajando para el Corte Inglés y Zara (fuente)
Niñas y adolescentes trabajando sin contrato, privadas de libertad y en condiciones insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88 euros al día, del que sólo podrán disponer cuando hayan transcurrido de tres a cinco años y que servirá para pagar su dote matrimonial. Ese es el sombrío escenario laboral de miles de jóvenes del estado de Tamil Nadu, al sur de la India, que son empleadas en condiciones que rozan la esclavitud por empresas textiles de aquel país que luego suministran sus productos a grandes firmas internacionales, entre ellas las españolas Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel.
Un exhaustivo y documentado informe elaborado por el prestigioso Centre for Research on Multinational Corporations -una organización independiente holandesa sin ánimo de lucro que escruta a las grandes multinacionales- y el India Committee of the Netherlands -una ONG del mismo país impulsora de la campaña Clean Clothes (Ropas Limpias) contra la explotación vinculada al comercio textil- saca los colores a algunos de los gigantes mundiales de la moda por comerciar con esa presunta red de trabajo esclavo. Entre ellos, Tommy Hilfiger, Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap, C&A, El Corte Inglés, Inditex -propietaria de Zara- y Cortefiel.
El informe, titulado Captured by cotton (Atrapadas en el algodón), relata el proceso de reclutamiento de miles de niñas y jóvenes indias de entre 14 y 20 años por los grandes fabricantes textiles de Tamil Nadu. La inmensa mayoría de ellas pertenece a los Dalit, la casta más baja de la India, considerada impura y dedicada a tareas marginales con míseros salarios: limpiadores, lavanderos, artesanos callejeros… Las adolescentes son atraídas por sus empleadores con falsas promesas de una vida mejor que incluye comida y alojamiento en las mismas factorías, y empujadas por sus padres por el reclamo de un salario diferido que cobrarán al acabar sus contratos para costear su dote y contraer matrimonio.
Prácticas prohibidas
El pago de una dote fue prohibido por ley en la India en 1961, pero sigue siendo una práctica muy habitual en las zonas rurales y más deprimidas del país. Muchas familias contraen elevadas deudas para poder hacer frente a ese gasto, con la esperanza de que sus hijas -y ellos mismos- salgan de la miseria si logran casarse. En esas condiciones de marginación y pobreza extrema, la oferta de un salario con el que pagar su dote y tres comidas al día es un argumento más que suficiente para que los reclutadores textiles de Tamil Nadu logren atraer cada año a miles de jóvenes a lo que se ha bautizado como Plan Sumangali (la palabra tamil sumangali se aplica a las mujeres solteras que aspiran a casarse, ser felices y verse colmadas de bienes materiales).
De las cuatro grandes fábricas manufactureras que copan la producción en ese estado indio citadas en el informe -Eastman Exports, SSM India, Bannari Amman Group y KPR Mill-, Eastman Exports tiene entre sus principales clientes a Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel. Los autores del estudio, elaborado sobre el terreno con entrevistas a más de un centenar de empleadas y ex trabajadoras, además de sindicalistas, miembros de ONG’s y académicos, revelan que ese conglomerado indio tiene 24 centros textiles y una capacidad de producción de seis millones de prendas de ropa interior al día y otros seis millones de pantalones, faldas y vestidos al mes.
Un portavoz oficial de El Corte Inglés reconoció ayer a El Confidencial que Eastman Exports es uno de los proveedores de la firma presidida por Isidoro Álvarez, pero aseguró que la compañía india ya ha abandonado las prácticas del Plan Sumangali y ha superado con éxito dos auditorías internacionales BSCI (Business Social Compliance Initiative), un sistema ideado por las grandes multinacionales para evitar auditorías múltiples y redundantes a sus principales suministradores. “Eastman Exports, según las auditorías BSCI, sólo comete ahora algunas infracciones leves”, añadió el citado portavoz.
Jornadas laborales interminables
El informe Captured by cotton admite, en efecto, que Eastman Exports suprimió en 2010 el pago diferido a sus trabajadoras, pero añade a continuación que éstas sufren aún prácticas abusivas, muy cercanas a la explotación laboral, por parte de la compañía india. Entre otras, una semana laboral de 72 horas, con jornadas forzosas de 12 horas diarias durante los picos de producción y sin recibir a cambio compensación económica; libertad de movimientos estrictamente restringida al interior del complejo textil, que sólo pueden abandonar una vez al mes y bajo vigilancia; contratos exclusivamente verbales que son frecuentemente violados por la empresa y prohibición expresa de afiliarse a un sindicato.
Desde Inditex, por su parte, aseguraron que el informe fue analizado en junio de 2011 por la Ethical Trading Initiative (ETI), una organización internacional con sede en Londres que combate la explotación laboral, y de la que forma parte la multinacional gallega fundada por Amancio Ortega. “Inmediatamente se adoptaron acciones preventivas para impedir que cualquiera de las situaciones de riesgo señaladas en el informe se pudieran llegar a producir”, señaló ayer un portavoz de la compañía. “Tras nueve meses de trabajo, el resultado final apunta a que las situaciones de riesgo están ahora monitorizadas y se persiguen de forma eficaz las irregularidades”, añadió.
Precisamente el pasado miércoles, durante la presentación en Madrid de los resultados de Inditex en 2011, un periodista de la televisión pública francesa France 2 preguntó al presidente de la compañía, Pablo Isla, por qué permite el trabajo infantil en algunos de sus proveedores indios, y aseguró que la cadena emitirá en mayo un documental en el que supuestamente se demuestra que Inditex tolera la explotación de niños de 14 años. Isla respondió que esas preguntas eran “improcedentes” y estaban “fuera de lugar”.
Por último, un portavoz de Cortefiel, otra de las firmas españolas que comercia con Eastman Exports, señaló que la compañía textil india “es un proveedor de clase A que cumple todos los certificados y que no está dando problemas”. El mismo portavoz añadió que Cortefiel “no ha detectado esas deficiencias que menciona el informe”, y que el grupo -propietario de marcas como Springfield, Women’secret o Pedro del Hierro- “no tolera en sus proveedores comportamientos socialmente inaceptables”.
(niños en una mina de Jharkand, foto kevin frayer) |
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