Juanjo Garra, el rescate.
Seguimos con informaciones del desgraciado accidente de Juanjo Garra, montañero lleidatá que ha fallecido en Nepal. Manuel González, miembro de la expedición, en El País nos relata hoy el escalofriante accidente:
"Dos días después del fallecimiento del alpinista catalán Juanjo Garra en el Dhaulagiri, su compañero de expedición, el andaluz Manuel González ‘Lolo’, reconoce en conversación telefónica desde Katmandú (capital de Nepal), que empieza a “asimilar realmente lo sucedido. Han sido unos días terribles, frenéticos y angustiosos”. La escasa perspectiva que ha podido alcanzar en estas horas posteriores al desmantelamiento del operativo de rescate de Garra le permite a ‘Lolo’ considerar necesario que se explique al detalle en qué circunstancias se produjo el accidente y cuáles fueron los pasos seguidos para intentar salvar la vida del alpinista catalán. ‘Lolo’ se trata de unas leves congelaciones en el pie derecho, mientras Keshab Gurung, el sherpa que arriesgó su vida para no abandonar a Juanjo Garra, se recupera en el hospital, aquejado también de leves congelaciones y un principio de edema cerebral.
Contrariamente a las informaciones difundidas a través del Blog de Garra, el pasado día 23, nadie hizo cima en el Dhaulagiri. El accidente sufrido por el catalán espantó a los grupos japonés e indio que ese día trataban de alcanzar el punto culminante del Dhaulagiri. “A las 23 horas (día 22), empezó el intento a cima, de los equipos japonés, indio y español: en total 6 escaladores y 6 porteadores de altura. Durante las primeras horas de la escalada, el equipo español en el que figurábamos Juanjo, Keshab y yo, fijamos las cuerdas de la travesía en la zona mixta de roca, hielo y nieve. Se unieron a esta tarea los porteadores de altura de los otros equipos. No se fijó la parte final de nieve por falta de cuerdas”, explica ‘Lolo’.
Así, trabajando en equipo, la comitiva se plantó a las dos de la tarde justo bajo la cima:
“Fui informando al Campo Base por radioteléfono, desde las ocho de la mañana, de cómo discurría la ascensión. Sobre las 14 horas Enrique nos facilitó la descripción exacta de cuál era el corredor correcto para llegar a la cima. Arriba se decidió rodear hasta la arista al no disponer de cuerdas suficientes para instalar en el corredor, que presentaba una cornisa de nieve”, recuerda con exactitud ‘Lolo’.
Muy cerca de alcanzar la cima el alpinista andaluz asistió a la caída conjunta de Garra y Keshab. Las informaciones que llegaron a España señalaban que un tropezón de Keshab, durante el descenso y tras pisar la cima, propició la fractura de tobillo del catalán. Pero no fue así: “En el último sector bajo la pared de roca, antes de girar a la derecha para remontar en dirección a la arista de cima, se produce una caída. Juanjo y Keshab se habían encordado en corto (a unos 3 metros el uno del otro). Keshab comenzó a superar una plancha de hielo, con Juanjo siguiéndole hasta que sufrió un resbalón que arrastró a Keshab. Ambos se deslizaron pendiente abajo hasta que consiguieron parar en una zona de nieve. Juanjo se rompió, así, tobillo y peroné”, señala ‘Lolo’, quien informó del accidente a las 15 horas.
En ese momento, los grupos indio y japonés decidieron dar por finalizado su ataque a cima y emprendieron el descenso. Un sherpa del grupo indio se quedó con ‘Lolo’, Keshab y Juanjo. Juntos, intentaron realizar varias maniobras de cuerda para devolver a Juanjo hasta la huella de subida. No hubo manera de recolocar a Garra en la huella. El sherpa del equipo indio se marchó y Keshab y Lolo consiguieron bajar unos metros a Juanjo. Entonces empezó a oscurecer y a nevar levemente.
Aislados a 8.000 metros, ‘Lolo’ tomó una de las decisiones más comprometidas de su vida y decidió que la mejor manera de ayudar a su compañero pasaba por dejarlo en el lugar del accidente, descender hasta el campo 3 (7.300 m) y regresar al día siguiente con una tienda, hornillo y combustible para fundir nieve e hidratarle y coordinar la ayuda externa para su rescate.
Con todo, a medio camino del campo 3, Keshab decidió de forma unilateral dar media vuelta y regresar junto a Garra. Lo hizo sin avisar siquiera a ‘Lolo’: “Creía posible cargarlo sobre su espalda y bajarlo”, explica el andaluz.
Sin visibilidad, y con la huella tapada por la nieve reciente, ‘Lolo’ decide vivaquear a 7.500 metros. Por la mañana, encuentra el camino de regreso al campo 3 e inicia las labores de auxilio que implicarían a muchas personas: cuatro sherpas, los españoles Ferrán Latorre, Alex Txikón y Jorge Egocheaga, el alemán Dominic Moller, los pilotos de helicóptero italianos Maurizio Folini y Simone Moro. “Lo que han hecho estas personas merece un monumento”, recuerda ‘Lolo’.
Para terminar la visión del coordinador del rescate, Sebas Álvaro:
"Dos días después del fallecimiento del alpinista catalán Juanjo Garra en el Dhaulagiri, su compañero de expedición, el andaluz Manuel González ‘Lolo’, reconoce en conversación telefónica desde Katmandú (capital de Nepal), que empieza a “asimilar realmente lo sucedido. Han sido unos días terribles, frenéticos y angustiosos”. La escasa perspectiva que ha podido alcanzar en estas horas posteriores al desmantelamiento del operativo de rescate de Garra le permite a ‘Lolo’ considerar necesario que se explique al detalle en qué circunstancias se produjo el accidente y cuáles fueron los pasos seguidos para intentar salvar la vida del alpinista catalán. ‘Lolo’ se trata de unas leves congelaciones en el pie derecho, mientras Keshab Gurung, el sherpa que arriesgó su vida para no abandonar a Juanjo Garra, se recupera en el hospital, aquejado también de leves congelaciones y un principio de edema cerebral.
Contrariamente a las informaciones difundidas a través del Blog de Garra, el pasado día 23, nadie hizo cima en el Dhaulagiri. El accidente sufrido por el catalán espantó a los grupos japonés e indio que ese día trataban de alcanzar el punto culminante del Dhaulagiri. “A las 23 horas (día 22), empezó el intento a cima, de los equipos japonés, indio y español: en total 6 escaladores y 6 porteadores de altura. Durante las primeras horas de la escalada, el equipo español en el que figurábamos Juanjo, Keshab y yo, fijamos las cuerdas de la travesía en la zona mixta de roca, hielo y nieve. Se unieron a esta tarea los porteadores de altura de los otros equipos. No se fijó la parte final de nieve por falta de cuerdas”, explica ‘Lolo’.
(Garra, Lolo y Osiel foto Manuel Martínez) |
“Fui informando al Campo Base por radioteléfono, desde las ocho de la mañana, de cómo discurría la ascensión. Sobre las 14 horas Enrique nos facilitó la descripción exacta de cuál era el corredor correcto para llegar a la cima. Arriba se decidió rodear hasta la arista al no disponer de cuerdas suficientes para instalar en el corredor, que presentaba una cornisa de nieve”, recuerda con exactitud ‘Lolo’.
Muy cerca de alcanzar la cima el alpinista andaluz asistió a la caída conjunta de Garra y Keshab. Las informaciones que llegaron a España señalaban que un tropezón de Keshab, durante el descenso y tras pisar la cima, propició la fractura de tobillo del catalán. Pero no fue así: “En el último sector bajo la pared de roca, antes de girar a la derecha para remontar en dirección a la arista de cima, se produce una caída. Juanjo y Keshab se habían encordado en corto (a unos 3 metros el uno del otro). Keshab comenzó a superar una plancha de hielo, con Juanjo siguiéndole hasta que sufrió un resbalón que arrastró a Keshab. Ambos se deslizaron pendiente abajo hasta que consiguieron parar en una zona de nieve. Juanjo se rompió, así, tobillo y peroné”, señala ‘Lolo’, quien informó del accidente a las 15 horas.
En ese momento, los grupos indio y japonés decidieron dar por finalizado su ataque a cima y emprendieron el descenso. Un sherpa del grupo indio se quedó con ‘Lolo’, Keshab y Juanjo. Juntos, intentaron realizar varias maniobras de cuerda para devolver a Juanjo hasta la huella de subida. No hubo manera de recolocar a Garra en la huella. El sherpa del equipo indio se marchó y Keshab y Lolo consiguieron bajar unos metros a Juanjo. Entonces empezó a oscurecer y a nevar levemente.
Aislados a 8.000 metros, ‘Lolo’ tomó una de las decisiones más comprometidas de su vida y decidió que la mejor manera de ayudar a su compañero pasaba por dejarlo en el lugar del accidente, descender hasta el campo 3 (7.300 m) y regresar al día siguiente con una tienda, hornillo y combustible para fundir nieve e hidratarle y coordinar la ayuda externa para su rescate.
Con todo, a medio camino del campo 3, Keshab decidió de forma unilateral dar media vuelta y regresar junto a Garra. Lo hizo sin avisar siquiera a ‘Lolo’: “Creía posible cargarlo sobre su espalda y bajarlo”, explica el andaluz.
Sin visibilidad, y con la huella tapada por la nieve reciente, ‘Lolo’ decide vivaquear a 7.500 metros. Por la mañana, encuentra el camino de regreso al campo 3 e inicia las labores de auxilio que implicarían a muchas personas: cuatro sherpas, los españoles Ferrán Latorre, Alex Txikón y Jorge Egocheaga, el alemán Dominic Moller, los pilotos de helicóptero italianos Maurizio Folini y Simone Moro. “Lo que han hecho estas personas merece un monumento”, recuerda ‘Lolo’.
(Esquema redacción de El País) |
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