Me
gustaría expresar con palabras…(palabras que por cierto nunca acaban de
expresar lo que uno quiere decir)...qué supone para mí esta
experiencia...
Pienso
que cualquier vivencia, de alguna manera mueve cosas dentro de cada
uno...pero un viaje a la India, al menos para mí, supone un punto de
inflexión en el camino de la vida que no puede dejarnos indiferentes. Es
una experiencia tan profunda que remueve y transforma a quien sea capaz
de llegar al final. Aunque hablar de final es una falacia, pues es el
final el que se vuelve el punto en el cual comienza una nueva manera de
percibir la vida...
Cuando
fui a Calcuta por primera vez, ahora hace dos años, fui sola, con un
grupo de voluntarios que prácticamente acababa de conocer y fue para mí
una experiencia que causó una gran conmoción. Marcó en mi camino una
nueva manera de percibir la vida, con más conciencia y más
sensibilidad...
No
me podía quedar indiferente a todo lo que veía y vivía, me supuso un
contactar conmigo misma, vivirme y vivir lo que me rodeaba con más
profundidad, seguramente por la intensidad que supone siempre pasar por
ese país. Es un enfrentarte contigo misma, pues sale a la superficie
toda la vulnerabilidad y aflora necesariamente una apreciación más
sensible de la realidad.
Pero,
no siempre se encaja bien el que las cosas por dentro se muevan...que
las emociones despierten... que nuestra propia urna se vuelva de repente
transparente... pues en este país las miradas lo traspasan todo y son
capaces de fundir cualquier resistencia, y lo único que te queda
es...sonreír...
A
veces, curiosamente, cuesta digerir tanta alegría en la gente que
encuentras, que vive en la más extrema pobreza. Pero, cuando ves que la
pobreza la viven con tanta alegría y dignidad, te das cuenta que aquello
que tienes no es lo que te hace ser feliz, sino el ser tú mismo e
ilusionarte por aquellas pequeñas cosas que te rodean y de las cuales
puedes disfrutar.
Por
eso, a pesar de los desechos y la inmundicia, que parece que todo lo
llena en la India, hace falta desviar la mirada y darse cuenta de las
flores, los pájaros, los aromas... darse cuenta de la naturaleza no solo
exterior, como contraste con lo demás, sino sobretodo nuestra
naturaleza interior, que cada vez que vuelvo en mi caso.... florece con
más fuerza.
Cuando
uno viaja por primera vez a la India, se convierte en un viaje de fuera
hacia dentro, por el impacto del exterior dentro de uno, que cuando
vuelves una y otra vez, sigue siendo siempre una experiencia fuerte. Uno
siempre conecta allí con esos sentimientos y emociones más íntimos, y
entonces el viaje se convierte en un aprendizaje intenso y enriquecedor,
que no quiere decir fácil y agradable necesariamente, pero que te
conecta con la verdad que hay en cada uno de nosotros...
La
sabiduría india reza que siempre hay un sol brillante, iluminando
nuestro interior y que ilumina nuestro camino llenándonos de la energía
necesaria para seguir adelante.... Esto es lo que me hace vivir con más
conciencia y me llena…
Y de esto, surge esta necesidad de compartir con todos vosotros...este sentir que se despierta cuando uno va allí...
Sé
que para quien va por primera vez, no es fácil y lo comprendo, pues son
muchas cosas las que se mueven cuando uno aterriza en Calcuta...y otro
año mas...estaremos por aqui para compartirlo...
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