Hoy comparto una foto y un texto:
- El niño agua de Delhi -
Solo un niño se atrevería a convertirse en estatua bajo
la boca de un león. Parece desnudo: no lleva camiseta ni pantalones ni
zapatillas ni chanclas. Parece que tiene un recipiente entre las manos,
una botella. Pero es solo una ilusión óptica, un artificio de nuestra
mirada. Los ojos están cerrados y los dedos relajados. La expresión de
la boca es de placer, un placer infrecuente. El niño-estatua da vida a
los leones de mármol. El calor de Nueva Delhi -45 grados centígrados el
jueves- no cae igual para todos. No es sólo el aire acondicionado de las
viviendas y oficinas, la ropa cara que cubre sin pesar, la desnudez
elegida, el agua de la ducha tras un leve giro de muñeca. En la pobreza,
el calor cae a plomo, implacable, casi sin derecho a sombra. Es un
calor que duele. Los adultos que pasan miran al niño-agua con envidia
pero no se atreven a sentarse bajo los otros leones. Es el triunfo del
niño pobre con los ojos cerrados: él es libre, puede soñar.
Por: Ramón Lobo.Imagen: Adnan Abidi
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