Kathmandú, ni idílico ni zen

Estas han sido las declaraciones de Verónica Echegui, la protagonista de la más reciente creación de Icíar Bollaín, Kathmandú, un espejo en el cielo.

¿Ha sido duro rodar en Nepal?
Mucho. Profesionalmente, lo he pasado fatal, trabajando en unas condiciones muy duras, enferma y débil... [durante el rodaje Verónica sufrió una gripe, una gastroenteritis e infecciones de estómago y orina...] Y también es verdad que lo humano me tocaba mucho, son situaciones que, aunque ya sabes que existen, es muy duro darse de bruces contra ellas. El país tiene cosas maravillosas: las montañas, el Himalaya, el ritmo de vida... Pero me llamó mucho la atención la tristeza que se respiraba en la capital. Katmandú es una ciudad superpoblada y muy pobre, debido al éxodo que se produjo tras la guerra hace unos años. Hay una violencia latente que está siempre presente, abusos, machismo... No es en abosoluto ese lugar idílico espiritual y zen donde todo el mundo es sereno y feliz.(entrevista de Carmen Olalla).

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 ¿ Y la peli ? Pues a las que hemos trabajado en Nepal nos aporta poco, a mis amigas que han ido a la montaña nepalí les parece que no hace justicia a la naturaleza bestial del himalaya, a las que trabajan en ong's allá les parece que no refleja para nada como es su trabajo, Kathmandú queda relegado a un par de clichés, a mis amigas que les gusta el cine no les enganchan los personajes ni la historia... Pero a otras muchas que no esperaban nada sí que les ha gustado y sí que la recomiendan y para quien no ha estado nunca allá, es una buena introducción. Te habla de como funcionan todavía las castas, del papel esclavo de la mujer, de lo penoso de la educación, de la corrupción absoluta que impera en el país, de la cultura de esperar que venga un tonto de fuera con dinero para arreglarnos los problemas, pero también de la poca gente honesta que lucha en el día a día.