El almendro.

(Mi pueblo de bengala occidental a la cabeza en últimas tecnologías)
Vuelvo a mi pueblo bengalisco. Después de 6 meses, mi casa, mis cosas siguen intactas. Cacu el casero y nani, el vecino, se rompen la camisa al decirles que me voy. No imaginan una vecina más rentable ni más discreta (respectivamente). Dodo, el nieto cebón, reacciona pegándome. Me temo que su padre sigue pasando de todo (está amargado porque le obligaron a casarse y engendrar con 42 años, aquí la sexualidad no es libre, pertenece a la familia y al qué dirán).

Cojo sábanas, champú y una sartén. Volveré a por el resto, prometo. En el contrato pone que tengo que dejar la casa vacía para recuperar la fianza, pero todo el mundo quiere mis cosas (aunque son pocas y baratas) y yo no quiero la fianza (paupérrima). Aquí siempre estará tu casa... Te voy a buscar trabajo y te llamo... Una mezcla de cariño y codicia chorrea por las escaleras...

Comentaris

Ángel Iván ha dit…
¿Cómo es el sistema de fianzas, también son varios mese de alquiler como aquí?

La sexualidad tampoco difiere mucho de la de aquí si lo piensas friamente, el que dirán está en todas las escaleras de los pisos o en el puesto de trabajo.

Alucino con el tio-vivo, sólo falta que sea de tracción animal o humana.

Besotes.
Cada uno de tus post son pinceladas que nos van mostrando el gran lienzo e lo que es la ida por allí.

Muchas gracias por cada detalle.Los disfruto.

Un abrazo.