Amanece que no es poco...

Los nepaliscos tienen una extraña costumbre (para una ibérica) como es levantarse pronto, muy pronto. Las nepaliscas se levantan a horas obscenas, crueles. Estamos hablando de las 4 ó 4.30 (a.m.) así pueden cambiarse el sari e intercambiar opiniones antes de que se levanten ellos. Todo se pega y esta foto esta hecha al amanecer, las 5.15. Las calles ya están puestas, alguna tienda abierta. Las farolas no están apagadas porque no se encienden...
La riqueza de las ciudades se puede medir por su huella lumínica. Kathmandú es un pueblo grande que no tiene luz para todos. Se va cortando por barrios, sucesivamente (unas 4 horas ahora que los ríos bajan llenos, en el verano -abril, mayo- hasta 18 horas). En mi barrio los cortes coinciden de 20 a 22 con lo que me toca cocinar a oscuras. Y cenar a la luz de una vela. Es bonito si se cena acompañado. Aunque sea a 8000 kilómetros de distancia.

Comentaris

Viendo estas carencias uno valora más lo que tiene en casa.
Preciosa vista.
Un abrazo!
Ángel Iván ha dit…
¿Y cómo llevas la falta de ese confort del agua caliente y el gel de burbujitas?
Ains, perdona no quise se malvado.
Saludetes.
ka ha dit…
jiji
soy nepalisca total
(no uso papel en el toilet, p.e.)