La cota mil

(el pueblo, el rio sindure, el baniano, el arroz, la yangol y un tímido arcoiris)
Pues llueve mucho en Nepal y hace fresquete, jiji. Pero tranquilas que las aguas escurren para abajo y aquí estamos a salvo de inundaciones, lo siento por las gentes del llano.
La vida trascurre entre el día al día del colegio de las montanhas y los findes en KTM. Y las idas y venidas por la cota mil.

La cota mil es la carretera que circunvala Caracas en el monte del Águila a 1000 metros de altura y allí me estrene como conductora en el 93. La carretera que une Kathmandou con el parque nacional de Langtang trascurre a 1000 m. y pasando por tinpiple, jitpurferi, ranipauva, pantis kilo... y después de 1000 curvas y 40 kilometros llega a barai mandir donde un templete 3 casas de te y un ultamarinos, marcan el comienzo del camino hasta el cole. Las lluvias van tirando cada vez mas trozos, excavan cortados y derrumban arrozales y bananos que hay que sortear hundiéndose en el barro. La carretera del bus pierde asfalto por minutos y cada semana se hace mais largo el trayecto.

Cada noche la lluvia se acerca hasta que envuelve el cole en el ruido de un secador de esos de las pelis que abarcan toda la cabeza, pero el árbol de la plaza nos cobija... hasta que, empapado, empieza a chorrear y suena como si mil monos cabreados aporrearan clavos sobre el tejado de zinc, es imposible no despertarse y disfrutar el sonido 1000.1

El árbol se puede considerar la plaza del pueblo porque es la única zona que tiene unos pocos metros cuadrados de terreno horizontal, pero como solo hay 8 casas alrededor poca gente se junta la verdad. Aunque no para de llover la fuente que usan algunas de esas 8 familias se suele secar casi todos los días. Y aquí, amiguitas hemos tocado con la cara b de Nepal. Resulta que tienen un deposito de 15000 litros pero alguien rompió el grifo a mala leche y el agua se escapa libremente. Hay otro remedio, la fuente que es un tubo de goma, se puede tapar con un palo, pero (casi) nadie lo hace, las cosas comunes no se cuidan. En el cole tuvimos que hacernos un deposito aparte porque los intentos de arreglar el comunitario se redujeron a que nosotras teniamos que pagar los materiales y la mano de obra para todos y es que a los guiris nos ven como tontos que vienen y se dejan la pasta y entre ellos no se ponen de acuerdo para nada, solo para matar la cabra el mismo dia.

Comentaris

Ángel Iván ha dit…
Imagino que cuando lleguen los guiris pensarán que a que les vamos a enseñar.
Pero ese sentimiento lo ves en cualquier pueblo de la piel de toro también.
Esas actitudes es lo que marca la diferencia. Cuando no hay cultura solidaria en los estamentos sociales, el atraso avanza a pasos agigantados.
Hace falta educación, mucha educación.

Muy buen post.Muy esclarecedor

un abrazo.
ka ha dit…
cuando llegan los guiris es a ver que les vamos a sacar
el cole stuvo subvencionado por una ong suiza durante 10 años, sólo vinieron una vez a Nepal y se reunieron con el director del cole en Kathmandú
cuando vinieron por segunda vez a los 10 años y se presentaron en el pueblo vieron que su dinero no llegaba al colegio y lo dejaron muy dolidos
unos por corruptos y otros por irresponsables los niños sin educación

ahora flipan porque con nuestra ong siempre hay un guiri encima de todo y que les hace trabajar jiji
la verdad es que en un año ya se nota el trabajo en la soltura de los niños aunque queda mucho por delante, esperamos poder abrirles la mente para que ellos/as elijan el cambio que quieran en sus vidas, pero con información y educación podrán elegir entre muchas más opciones, si no, están condenados a la repetición de modelos injustos de convivencia...