Lo increíble de los campos de arroz en un día de sol, no es el color eléctrico que hipnotiza, ni la vida que albergan, ni los laberintos por descifrar hasta llegar al río, sino el olor a arroz cocido que desprenden (del bueno, a basmati con aroma de nuez).
Comentaris
Abrazos!
De todos modos, los colores me siguen embelesando.
Abrazotes.