Superheroínas de barrio...

Todos los días son el día de la mujer.

Las mujeres, todos los días trabajan. Más y mejor. Y con más cariño.

Por ejemplo en el barrio donde trabajo, desde niñas ayudan en los quehaceres domésticos, enseguida las casan y pasan a ser la sirvienta sumisa del marido y su familia. Y las mejores amigas de sus hij@s y defienden su educación porque saben que es la única forma para que las cosas cambien, poco a poco y con mucho trabajo.

Desde la ONG donde trabajo intentamos concienciar de lo injusto de la dote, de que el matrimonio está prohibido hasta los 18...  Algunos padres han querido casar a alumnas con 14-15 años y ha habido que acabar recurriendo a la amenaza de informar a la policía como única forma de disuadirles.

Muchas madres usan el velo y muchas solo muestran los ojos por la calle, aunque en el cole, es zona amiga, se relajan. Me da impresión de que las mujeres que llevan burka en el barrio no son las mais pobres.

Una amiga musulmana joven y activa, me cuenta que a la mitad de las mujeres no les gusta la costumbre. Las mayores se han acostumbrado, la vida les pasó por encima con el velo, y quitándoselo se sentirían desnudas, no conocen otra.

¡¡¡Que te lo quites!!!  ¡¡¡Que te lo pongas!!!, les dicen unos y otros (no en mi barrio). Gran polémica, pero la voz de la mujer no se oye.

Las jóvenes cada vez se oponen más, pero están solas, es una lucha de una personita contra todos y contra muchos siglos de machismo. Hasta que se casan, se pueden librar. Pero luego, son precisamente las suegras las que más imponen la costumbre (los maridos suelen estar fuera trabajando o trapicheando)... y la sociedad con sus criticas y cotilleos.

Una no nace queriendo ponerse velo pero por no aguantar el que dirán... y les pasan los años por delante... y se acostumbran... y lo imponen a la próxima generación.