Mujeres...

Conozco una mujer que desafió las reglas.
La libertad individual existe aunque no lo parezca, lo que pasa es que casi nadie se atreve, y menos una mujer, que tiene toda la sociedad en contra.

De joven, sabía poco, se enamoró del hombre equivocado. La única relación posible en esta sociedad es el matrimonio, ni amigo con roce, ni rollo de noche, ni vamos a vivir juntos a ver qué tal, etc.
Valiente, se casa. Otro "love marriage", no problem, está estipulado, son una minoría pero la sociedad los admite como algo criticable (con lo que mola criticar) con un tipo no sólo de otra casta, a más de otra religión (aparte: para ciertas subcastas camperas les está prohibido el matrimonio dentro de la misma y castigado con las muerte a manos de tu hermano o padre).

Le sale rana, bebe cada vez más, le sabe a poco (no me extraña aquí no controlan el destilado) y empieza a meterse base, luego caballo, robar en casa... lo típico.
Él acaba en la cárcel ella con una niña fea a más no poder. "Cómo te pareces a tu padre" le repite la madre que es muy guapa.

Su familia no la rechaza, lo cual no es habitual, es fácil que hubiera acabado en la calle. Y ella trabaja, aporta dinero.

El día que la conocí, no sabía nada de lo que acabo de contar, me pide: "por favor ¡ llévame contigo !" Ostras me han tirado los tejos. 14 años viniendo a India y creía que era imposible. Era como para ponerse una medalla, pero no, vamos a ver el contexto. Pasan los días y voy conociendo su historia.
El suyo es un grito de impotencia y desesperación. No de amor. Y de sublimación del guiri, no sé porqué, porque en el universo establecido somos unos descastados infieles.
Me pregunto esta mujer con quien podrá hablar en confianza de lo que siente. Se siente culpable, eternamente juzgada por una cultura de miles de años de machismo.

Conozco otra mujer, entrañable conversadora, que nadie quiso. Bueno sí, un hermano. La dejó quedarse con él y su familia. Él trabajaba para una empresa que cerró. Se quedó sin trabajo pero les dejaron vivir en el edificio de la compañía hasta que se vendiera. Se instalaron, provisionalmente, en el rellano de la escalera hace casi 20 años. Quitan el infernillo y desenrollan los colchones de lana. El edificio está fantasma, lleno de puertas y habitaciones vacías. En 20 años a nadie le ha apetecido dar una patada a ver que hay detrás. Ellos pagan la luz, el agua lo suben en cubos. ¿Vivan los solteros! chillamos a veces, a duo... El otro día me cogió de la mano camino del hospital, nunca me había pasado, me puse muy blandita.

Conozco otra mujer. La casaron siendo menor. Su marido vendía relojes, pero tras 25 años murió. Tiene mucho carácter y aguantó poco con la familia política. Ahora, con 60, vive sola y le está entrando el miedo. Hasta ahora se ha defendido con varios trabajos y con su carácter la gente la tolera porque no se atreve a decirle lo que piensa a la cara. Cuando sale por la puerta la ponen verde y ella lo intuye. Ella a cambio celebra el aniversario de defunción y el de su santo preferido, Lokenath, con música, comida y hasta tabaco de mascar aliñado con especias. Tiene miedo -mucho miedo- a quedarse sola, a no valerse por sí misma, al rechazo social. Por eso celebra y cuenta a diestro y siniestro, cada festival, cada día de ayuno (semanales). Pero lo que la traumatiza y la gente le echa en cara, es no haberle dado un heredero a la familia del marido (eso sí la culpa es suya por haber nacido muhé, nunca nadie comprobó si el infértil era él). Su empeño en adoptarme nos separó...

Conozco otra mujer. Un tío intentaba abusar de ella sabiendo que, pequeña, no se atrevería a denunciarlo (2 de cada 3 niñas, y 2 de cada 5 niños indias/os sufren abusos sexuales cuando menores). El ambiente conservador de su pueblo le asfixiaba, a los 21 decidió casarse como forma de huir. Su increíble madre (única, atea) le dijo que no era buena idea (aquí, las madres están deseando -por imposición social-casar a sus hijas desde los 13, para quedarse tranquilas antes de que alguien las deshonre). El matrimonio fue una segunda cárcel a pesar de la luz de un hijo. Vuelta a casa de madre, frustrada. Para salir un segundo matrimonio, otro fracaso. Por fin, una vida, un trabajo propios. Un novio occidental. Las ganas de escapar persisten.

Me creo que conozco, pero...

7.000 mujeres mueren cada año a manos de sus maridos o familia política. Otros muchos se disimulan como accidente doméstico.
20.000 violaciones se denuncian al año. El 92% a manos de troncos de su entorno más cercano -familiares, vecinos, curro/cole. ¿Cuántas no se denuncian por miedo al rechazo? La mujer violada encima está mal vista y queda marcada de porvida por esta sabiduría oriental.

Comentaris

Marco ha dit…
No te preocupes Carolo, te seguimos por el blog y entre unas cosas y otras nos imaginamos cual es el ritmo...
A medida que se acerquen las fechas nos vamos comunicando...
Mucha suerte para tu companiero y paciencia en Bombay.
Besos
Carola ha dit…
No me extraña que quieran adoptarte !
dale un abrazo muy fuerte a la conversadora entrañable... ( está mal visto? )
ka ha dit…
ji ji, no ella es la unica que me da abrazos, pero como no hay costumbre lo pasamos fatal, nos chocamos las cabezas, cambiamos de lado a la vez etc, habria que montar un taller jiji