Paseo por el pueblo
Es pura cuesta y las casa están esparramadas por la montaña. El único mini triángulo horizontal se encuentra a la puerta del colegio y se puede considerar la plaza del pueblo porque además está a media altura. Durante el día, bajo el árbol, se sientan a descansar, charlar o fumar algunos de los hombres de la zona. Las mujeres del vecindario lavan y se bañan en la fuente por la que baja agua de la montaña (por días muy turbia) y que tapamos con una panocha de maíz.
Saraswati una de las profes nos invita a su casa. Nos enseña todos los arrozales de su familia (muchos, no sé si ella heredará o al casarse ya no pilla cacho). La casa tradicional de barro y madera, impresionante de bonita, pero nos sientan en la terraza y no nos la enseñan, se ve la cocina que es una chasca en el suelo y la habitación de los animales. En vez de charlar se meten en casa a preparar comida y una vez comidas nos vamos.
Primero tomamos moi, que es como un lassi indio, batido de yogur, pero rural. Sabe a humo o más bien a agarrao con grumos como si nos hubiéramos dejado el brik fuera de la nevera, un toque de fermentado tipo queso azul, agrio y con algo de azúcar, con cosas marrones flotando. Sólo para estómagos curtidos y paladares toscos. Me encantó la verdad.
Luego un yogur espesote de leche de búfala acompañado de pua, unas migas dulces de harina de maíz molida a mano, salteada con mantequilla y azúcar. Riquísimas, seguro que con ajo y pimentón se salen.
Saraswati, como el resto de chicas del pueblo, está esperando a que su familia le busque marido. Aunque viste occidental y no se corta cuando nos ponemos a bailar en clase, no se plantea otra cosa que seguir con la tradición de matrimonios arreglados. "Love is life and struggle" dice. No se entiende mucho, pero menos a sus compañeros que dicen que el amor es mentira o como una película. Dicen que se casarían por amor, vamos que les gustaría que sus padres les juntasen con la más guapa
Y volviendo a casa, los niños, que casi todos son cabreros, vaqueros, ovejeros de tarde... jugando y comiendo gajos de unos limones que aquí tienen eltamaño de naranjas. Casi todos trabajan en casa ayudando en las labores de campo, acarreo, cuidado de animales...
Saraswati una de las profes nos invita a su casa. Nos enseña todos los arrozales de su familia (muchos, no sé si ella heredará o al casarse ya no pilla cacho). La casa tradicional de barro y madera, impresionante de bonita, pero nos sientan en la terraza y no nos la enseñan, se ve la cocina que es una chasca en el suelo y la habitación de los animales. En vez de charlar se meten en casa a preparar comida y una vez comidas nos vamos.
Primero tomamos moi, que es como un lassi indio, batido de yogur, pero rural. Sabe a humo o más bien a agarrao con grumos como si nos hubiéramos dejado el brik fuera de la nevera, un toque de fermentado tipo queso azul, agrio y con algo de azúcar, con cosas marrones flotando. Sólo para estómagos curtidos y paladares toscos. Me encantó la verdad.
Luego un yogur espesote de leche de búfala acompañado de pua, unas migas dulces de harina de maíz molida a mano, salteada con mantequilla y azúcar. Riquísimas, seguro que con ajo y pimentón se salen.
Saraswati, como el resto de chicas del pueblo, está esperando a que su familia le busque marido. Aunque viste occidental y no se corta cuando nos ponemos a bailar en clase, no se plantea otra cosa que seguir con la tradición de matrimonios arreglados. "Love is life and struggle" dice. No se entiende mucho, pero menos a sus compañeros que dicen que el amor es mentira o como una película. Dicen que se casarían por amor, vamos que les gustaría que sus padres les juntasen con la más guapa
Y volviendo a casa, los niños, que casi todos son cabreros, vaqueros, ovejeros de tarde... jugando y comiendo gajos de unos limones que aquí tienen eltamaño de naranjas. Casi todos trabajan en casa ayudando en las labores de campo, acarreo, cuidado de animales...
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