Moslema Bibi, la reina del felpudo.
Mosleema tenía 35 cuando empezó a pensar en "doormats" y su vida cambió. Hasta entonces había sido una esposa modelo en su pueblo conservador, observando el parda y viviendo al día. Ahora gana tres lakhs al año (4.500 €) y da trabajo a 25 amas de casa del barrio.
Ahora es una admirada empresaria cuando al principio los vecinos se quejaban a su marido ¡cómo que le dejaba salir de casa! El marido (en hindi tradicional marido y amo y señor es la misma palabra) trabaja en una madrasa (escuela coránica) y gane 90 € al mes y le da las gracias a una infección que su mujer pilló en los ojos. Como no tenía dinero para el médico se acercó a una ONG que da asistencia gratuita y allí vio que había mujeres que estaban aprendiendo a tejer felpudos. Convenció a su marido para que le dejara ir al training. Tenía que hacer 3 km diarios andando sola y los vecinos se acercaban a su marido para persuadirle de que se lo prohibiera. El parda impide a las mujeres salir de casa, ningún hombre las puede ver por muy tapadas que vayan.
Las mujeres del pueblo la criticaban por salir de casa y por ponerse saris de colores (para sentirse "presentable" una vez en el centro, dice Moslema). Tras seis meses de aprendizaje consiguió 150 aros pidiendo pasta a la famili y compró un telar. La ONG, Gandhi Mission Trust, le compraba la producción, y después le pusieron en contacto con los mayoristas de felpudos en Burrabazar, Calcuta. Empezaron los pedidos y empezó a enseñar y dar trabajo a las vecinas. Le puso nombre a la empresa Pada Seva (Al Servicio Del Pie). Ha podido pagarle la carrera de empresariales a su hijo, la hija ha terminado geografía y el peque hace octavo. Sus empleadas ganan 22 € al mes con lo que pueden pagar el cole, libros, uniformes y clases particulares a sus hijos.
Una vez que se ha hecho rica (en términos locales), los vecinos la perdonan, es que no sabíamos que iba en serio dice un granjero, el funcionario local que controla los artesanos la pone como ejemplo de autoconfianza y se pone medallas de que la ayuda un güev... (Traduzco del Telegraph)
Ahora es una admirada empresaria cuando al principio los vecinos se quejaban a su marido ¡cómo que le dejaba salir de casa! El marido (en hindi tradicional marido y amo y señor es la misma palabra) trabaja en una madrasa (escuela coránica) y gane 90 € al mes y le da las gracias a una infección que su mujer pilló en los ojos. Como no tenía dinero para el médico se acercó a una ONG que da asistencia gratuita y allí vio que había mujeres que estaban aprendiendo a tejer felpudos. Convenció a su marido para que le dejara ir al training. Tenía que hacer 3 km diarios andando sola y los vecinos se acercaban a su marido para persuadirle de que se lo prohibiera. El parda impide a las mujeres salir de casa, ningún hombre las puede ver por muy tapadas que vayan.
Las mujeres del pueblo la criticaban por salir de casa y por ponerse saris de colores (para sentirse "presentable" una vez en el centro, dice Moslema). Tras seis meses de aprendizaje consiguió 150 aros pidiendo pasta a la famili y compró un telar. La ONG, Gandhi Mission Trust, le compraba la producción, y después le pusieron en contacto con los mayoristas de felpudos en Burrabazar, Calcuta. Empezaron los pedidos y empezó a enseñar y dar trabajo a las vecinas. Le puso nombre a la empresa Pada Seva (Al Servicio Del Pie). Ha podido pagarle la carrera de empresariales a su hijo, la hija ha terminado geografía y el peque hace octavo. Sus empleadas ganan 22 € al mes con lo que pueden pagar el cole, libros, uniformes y clases particulares a sus hijos.
Una vez que se ha hecho rica (en términos locales), los vecinos la perdonan, es que no sabíamos que iba en serio dice un granjero, el funcionario local que controla los artesanos la pone como ejemplo de autoconfianza y se pone medallas de que la ayuda un güev... (Traduzco del Telegraph)
Comentaris
Algo que desmonta muchas presuntas tradiciones para justificar esas discriminaciones.
Sensacional entrada, de verdad.
Un abrazo zurdo desde Madrid.