Los cerros de Úbeda.


Esta mañana, mientras esperaba mi turno para llenar mi garrafa de agua, ha llegado un señor muy tímido, ha empezado a reírse de mí porque estaba al sol. Les choca que se hagan las cosas de otra forma y son muy cotillas. A ver como le explico quejque el sol me la pela, "Dada, ami bangla jani na". Es mi fórmula mágica para preguntas indiscretas. Tó toíto lo quieren saber, pero luego lo suyo lo explican fatal. El tío, simpático, pasa al hindi a preguntar por mi país. ¿Ispen? no sabía nada pero suponía que entre Nepal y Buthan. La "jangada de pedra" anda bastante perdida, pero por turbios mares duales, no creo que nunca embarranque en la placidez del himalaya...
Por los cerros de Úbeda sin enterarme de una sarita que me llamaba para colarme... Qué injusto, los tíos en lungui (un pareo y nada más) y ellas también en verano envueltas en metros de prejuicios. Divertido que todos (y todas) aprovechan a lavarse los dientes, en plan corrillo. Y yo, que voy de integrao, en chanclas, camisa y pantalón. Esto hay que cambiarlo ya, mañana en faldilla. Lo de bajarme con el cepillo no lo pillo.
El caso es que pensaba que en este pueblo dormitorio de clase media a las afueras del monstruo (Kolkata) se ve a los hombres hacer pequeñas muestras de tareas del hogar y casi no se ven nens trabajando.
En otros barrios se ven niños trabajando en las teterías, con dueños que les tratan sin contemplaciones, lavando ropa, cacharros, corriendo descalzos para coger el tren en marcha a la vuelta de una jornada laboral de 14 horas... Esto se ve normal, ni cruel ni poco civilizado. En la estación de Sealdah vi a un niño durmiendo plácidamente a las 8 de la tarde, tirado en el suelo, la gente lo ignoraba, simplemente alargaban un poco la zancada para no pisarlo.
Aunque los políticos aprobaron una ley contra el trabajo infantil, aquí se sigue aceptando como el fado de cada cual, y la ley no ha cambiado nada la conciencia de la sociedad.
De hecho lo inhumano, lo violento se vuelve inmediatamente espectáculo, cuando hay pelea siempre hay un círculo de espectadores. El viernes, en Haura, un tipo borracho mató a su esposa con una barra de hierro (unas 3000 mujeres mueren por este tipo de violencia al año, si extrapolamos a la población, parecido a España). Ayer pillaron a una niña robando en una casa y la ataron a una reja para pegarla a gustito. Aquí la gente se toma la justicia por su mano, la policía es corrupta y la justicia ¿qué es eso? Cuando hay un atropello la noticia acaba a) el conductor voló (fled the spot) o b) murió linchado por una marabunta (linched by the mob). La gente lleva una vida tan perra y ve el estado tan lejano y tan injusto que directamente juzga y sentencia... y disfruta con ello.
Esa niña, ¿no merecería otra oportunidad?
(Por una vez, la salvó la poli in extremis)

Comentaris

yraya ha dit…
Joer, que fuerte me parece todo y nos quejamos nosotros, cuando oigo cosas de estas me parece injusto quejarme, ...pero claro nos queda tan lejos.
ka ha dit…
ese es el truco que la distancia duerme conciencias, por eso me he venido a ver si despierto un poco