Un gran paso adelante para una pequeña ong.

Todavía nos quedan muchas cosas que contar y mostrar de este verano. Estuvimos en Nepal y en Calcuta visitando los proyectos con los que trabajamos. En Calcuta en  agosto estaban ensayando para un festival. Todos los años se preparan varios (para el día del profesor los alumnos actúan y para el día del alumno son los profes los que hacen chistes y bailes para que los chicos se lo pasen bien). Pero este era especial, los profesores del colegio se han establecido como Ong, llamada Nigera Kari,  para facilitar la relación con la contraparte española (amigosdetara.org). Y para presentar la Ong se consiguió acceder a uno de los teatros más importantes de la ciudad el Robindranath Sadan (que se cede gratuitamente, entre semana, a las organizaciones que trabajan con la gente de menores recursos económicos).
(El claustro de Tara School ataviado para la ocasión, como veis predominan las mujeres)
En India todos los colegios y organizaciones tienen su función anual. Para llevarla a acabo se gastan muchas energías, contactos y recursos. Su importancia además de divulgativa es subir la autoestima de sus miembros, mejorar el trabajo en grupo, la coordinación y desarrollar partes de la personalidad fuera de lo estrictamente académico. Lo que nos puede parecer un baile deslabazado de unos niños disfrazados para ellos supone la única ocasión en su vida que han salido de su barrio, que han estado en un edificio tan grande, que 500 personas se han fijado en ti.  La oportunidad de saber, de intuir por primera vez que otra vida es posible.
(En el mes de agosto los ensayos ya habían empezado bajo el calor del monzón)

Así vivió la llegada a Calcuta Marcos, responsable de comunicación de la Ong, que se acercó para filmar el evento:
(Los ensayos, pocos días antes del festival)
 Probablemente sea buena idea llegar a Calcuta  a las cuatro de la mañana, como tomándolo en minúsculas dosis homeopáticas hasta que los ojos, la mente y el corazón se acostumbren.

¿Más limpia? Puede ser. ¿Menos gente durmiendo en las calles? Quizás. También el invierno local, que tanto temen aquí, les empuja a encontrar cobijo mas allá de las aceras.

Sea como fuere continúa el cambio en mi querida Calcuta, ruidosa, superpoblada, moderna, sí, moderna a su manera, pero también cubierta de polvo y miseria, bestia en los contrastes. Ahí va una imagen que puede ilustrar mejor esta ciudad imposible como a veces la he llamado yo.

Una amplia acera con adoquines levantados, un perro rijoso se rasca el lomo lleno de sarna mientras hurga en las pilas de basura, a su lado una cabra blanquinegra atada a una señal de tráfico espera su turno en alguna mesa con posibles, decenas de frenéticos viandantes regresan a sus casas, un puesto callejero de comida desprende un olor tan fuerte a picante que me hace toser como si me lo hubiera comido, un par de metros más allá, en el suelo sobre una roña que hace años fue manta un hombre de edad indefinida entre los 60 y los 100 años yace tumbado boca arriba con las rodillas dobladas, en su regazo un móvil de ultima generación en el que ve una película de Bolliwood.

Se cierra la imagen, esa es la Calcuta extraña, compleja y desconcertante que me recibe en esta ocasión. Mientras en mi oasis particular de la escuela Tara con la que colaboro desde hace años los preparativos para el festival de danzas ocupa a estudiantes, profesores y voluntarios por igual.

Hemos alquilado uno de los teatros más importantes de la ciudad donde pretendemos poner de largo a la asociación frente a la sociedad india. Poemas, danzas tribales, folclore indio y por supuesto bailes al más puro estilo Bolliwood de las manos y los pies de nuestro alumnos y alumnas. Quizá no pasemos el examen de los coreógrafos más exigentes, pero la dedicación y entusiasmo de todos compensa cada paso mal dado, cada nota desafinada. Está siendo una experiencia maravillosa y un proceso de lo más enriquecedor para todos los que participamos.

Son apenas cinco kilómetros los que separan  nuestra escuela en un barrio lleno de dificultades y miseria del centro cultural mas notable de la ciudad, pero nos ha llevado ocho años recorrer esa distancia.

Mañana ensayo general, prueba de vestuario y maquillaje, seguiremos con los nervios, la pegada de carteles, y la ilusión y la sonrisa perennes en la cara, aunque nos tiraran tomates (cosa que aquí no harán por muchas razones) el viaje sigue mereciendo todos los esfuerzos.
(Un cartel anuncia el festival, en el aguerrido barrio de Pilkhana)
Y este el mensaje de Natalia fundadora, motor y corazón de Amigos de Tara:
Saludos desde Calcuta, donde estos días estamos muy ocupados preparando lo que ya hemos bautizado como "el gran evento del año!".

El próximo 31 de Enero y ante una asamblea de más de 500 personas, nuestros estudiantes actuaran en el prestigioso teatro Rabindranath Sadan de Calcuta. Un espectáculo de danza y música tradicional India con toques bollywoodienses.

Casi un año de ensayos que concluirán muy pronto. El objetivo, presentar oficialmente a la sociedad India la Misión de Amigos de Tara y encaminarnos a encontrar financiación local.

Para la ocasión contaremos con el apoyo de varios voluntarios españoles que se han desplazado hasta Calcuta para participar en el evento.
(Preparadas para actuar)
En su discurso de arranque del festival, Natalia declaró: "Hoy es un día en el que recogemos los frutos de nuestro trabajo, es un día en el que la esperanza dice si, un día en el que todo parece posible"

Tras el festival Marcos describió así sus sensaciones:
"Bailando en Calcuta

Bishal, Farin, Rinki, Sunny, Jon, Pritti, Rakesh, Pinkie, Abisek... así hasta cerca de 100 alumnos,  me gustaría tanto que vieran sus caras cuando recibían la ovación del publico en pie al final del festival de danzas Tara que hemos organizado en un teatro del centro de la ciudad. Me gustaría tanto que entendieran lo que ha supuesto para nuestros alumnos y alumnas culminar un año de esfuerzos, ensayos e ilusiones, una pequeña gran historia de superación, un día, que como decía mi querida amiga Natalia, presidenta de Amigos de Tara y alma mater de todo este precioso "sarao", la esperanza dice si y parece que todo es posible.

Durante el trayecto en autobús desde el barrio ya varios de los niños y niñas se marearon, quizá por nervios, pero también quizá porque apenas montan en coche una o dos veces al año. y a pesar de eso o precisamente por ello cuando bajaron del autobús lo hacían dispuestos a darlo todo.

Uno de los alumnos mas talentosos de la escuela me decía por la mañana que ojala hubiera mas de mil personas para poder alegrarles con su actuación, por la noche cuando el telón había bajado y volvían a su humilde barrio lloraba de alegría sin parar mientras no paraba de agradecer la experiencia y la oportunidad. La emoción nos invadía a todos y lo mismo nos contagiábamos con el llanto que con los gritos y las risas.

Especialmente intenso fue el cierre de la actuación, con la puesta en escena de una coreografía de baile callejero preparada especialmente por los alumnos, llena de acrobacias y breakdance. toda una metáfora de la superación que día a día enfrentan estos chavales y como con las herramientas, la atención y el cariño adecuados son muy capaces de superar los limites que por economía y condición social se les supone.

Me siento tan afortunado cada vez que paso tiempo con estos chavales... que privilegio contagiarse de su pasión por la vida, que grandes lecciones aprendemos unos al lado de los otros. Nada de quejas, nada de autocompasión, gratitud, humildad, tan solo ganas de conocer, afán de superación, no solo por fuera, sino principalmente por dentro y sobre todo el sentido de responsabilidad sobre nuestros actos.

Espero poder mostrarles en breve algunas imágenes que completen este relato, hoy no me deja la máquina".

Muchas felicidades por el trabajo de estos años y por lo bueno que queda por venir. Una vez consolidado el colegio quizá lo próximo será hacer un seguimiento de las alumnas y alumnos que van haciéndose mayores (y que reciben clases particulares gratuitas por las tardes). Mientras tanto la normalidad ha vuelto a la escuela.

Comentaris